viernes, 14 de mayo de 2010

Power Balance y las palabras clave

Que las pulseras Power Balance, esas que usan miembros de la casa real y deportistas porque "mejoran la fuerza y el equilibrio", son un timo, es algo de lo que nadie debería tener dudas. Pero los timos modernos vienen envueltos en papel dorado, con un lacito y aspecto jugoso y apetitoso. A esa envoltura se le llama (erróneamente) "marketing".

Quitémosle a los actores, famosos y deportistas que la llevan y aseguran que funciona. Mi madre sigue usando fajas de cuello vuelto y no concibe cómo las chicas jóvenes pueden salir sin faja a la calle. Que alguien , por famoso que sea, asegure que algo funciona, no es prueba de nada. Si le quitamos la envoltura dorada y el lacito, nos queda una pulsera de plástico con un holograma de plástico que cuesta 36 eurazos. ¿Cuál es el secreto del éxito? Las palabras clave.

Mentir, o al menos no decir toda la verdad, es muy fácil. Lo difícil es hacerlo bien y que no se note. Para eso el lenguaje es fundamental: usar un lenguaje pseudocientífico, emplear términos que "suenan a ciencia" pero que en ese contexto no significan nada y, en definitiva, hacer creer a la gente que hay una investigación seria donde en realidad no hay más que la idea de cuatro listos y una enorme dosis de credulidad.

En su web (con un diseño calcado de la web de Nike pero cambiando el color de fondo, para qué invertir en diseño si podemos copiar el de otros), Power Balance nos bombardea todo el rato con palabras clave: "tecnología", "holograma" "frecuencias" "magnetismo" "resonancia".... Todo esto para explicarnos que, según ellos, se puede almacenar una frecuencia en un holograma de plástico, y que encima éste interactúe con las células de nuestro cuerpo devolviéndoles el equilibrio electromagnético. Toma ya. Y sin anestesia ni nada. A mí que me expliquen como se almacena una frecuencia en un holograma de plástico. Que me lo expliquen a mí y al CERN de paso, porque si es verdad lo que dicen y resulta que se puede almacenar energía en una pulsera y hacerla "resonar" con la energía electromagnética de nuestro cuerpo, los físicos de partículas llevan años haciendo el ganso inventándose megamáquinas carísimas para hacer algo que los de Power Balance podrían hacer con una goma de borrar y dos chicles de menta.

Sin embargo, hay muchos "testimonios" de que funciona. Dejando de lado que los testimonios de atletas de élite, que habitualmente no mueven un dedo sin cobrar por ello, pueden estar sesgados por razones económicas, la gente más crédula y sugestionable dice que funciona porque el efecto placebo existe, y si tu futbolista favorito, tu piloto de F1 favorito, los personajes de "Sálvame deluxe" y, en general, todos tus referentes culturales lo llevan, tú vas y te lo crees, y hasta sientes sus beneficios y todos. No hay un solo estudio científico serio que les apoye, pero es que los de Power Balance tienen tantísima jeta que ni se molestan en pretenderlo. Después de que la organización de consumidores FACUA les haya puesto una demanda por publicidad engañosa y por vender un producto con supuestas propiedades curativas sin el correspodiente registro sanitario, han sacado un comunicado de prensa (puedes verlo aquí http://www.powerbalanceshop.es/images/docs/Comunicado_28-04-2010.pdf ) en el que se hacen los inocentes, los ofendidos y dicen poco menos que lo suyo es un complemento de moda y que nunca lo han publicitado como un producto curativo. ¿Es que no han visto su propia página web?

Lo que está claro que es la crisis aguza el ingenio, y yo me permito el lujo de sacarme el sombrero ante Power Balance y decirles que chapó, que les ha salido de miedo, y que aunque en dos meses esas pulseras se vendan en los chinos a 2 euros el kilo, ellos ya tienen unos cuantos milloncejos de euros cosechados en los bolsillos de unos cientos de miles de incautos. Que sepáis que ya estoy pensando en envasar las flatulencias de las iguanas de Nueva Guinea, que al parecer dicen que aspirarlas hace que te pongas cachas mientras estás tirado en el sofá. Me voy a forrar.

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