viernes, 17 de abril de 2009

Danone y la pseudociencia.

Actimel cuida tus defensas. Eso dicen los anuncios de Danone, retorciendo el concepto de "defensas" para incluir en ella la flora bacteriana. Además, los anuncios de Actimel son deliberadamente ambiguos, al mostrar imágenes de personas resfriadas o con alegias que supuestamente están más protegidas con el famoso Actimel.
Actimel vende que las bacterias Lactobacillus Casei (o L.Casei) con las que está elaborado son de una variedad patentada por ellos a la que llaman "L.Casei Immunitass", evidentemente, para reforzar la idea de que el producto es beneficioso para el sistema inmunológico.
Por si quedaba alguna duda, nos ponen en el último anuncio a una presentadora de informativos que apela a su condición de madre y a los supuestos estudios científicos para demostrarnos que el Actimel ayuda a las defensas.
Empezando por el concepto de "defensas", es evidente que el intestino tiene sus sistemas de defensa. El primero de ellos, a nivel del estómago, son los ácidos estomacales que se encargan de matar a las bacterias que penetran con los alimentos que ingerimos. Incluidas las celebérrimas L.Casei, sean 'immunitass' o no. No hay pruebas de ninguna clase que demuestren que las bacterias llegan vivas al intestino. Los estudios científicos apuntan a un efecto probiótico, similar al de cualquier otro yogur. Es decir, ayudan a que la flora bacteriana del intestino se desarrolle correctamente. 
El problema empieza cuando Danone nos vende que "el 70% de las defensas están en el intestino". Evidentemente la afirmación es en sí misma cierta, si entendemos como "defensas" a todos aquellos mecanismos destinados a impedir la entrada en el organismo de agentes patógenos o nocivos. El problema es la confusión, en este caso deliberada y provocada, entre "defensas" y sistema inmunológico. Ahí es cuando las imágenes empiezan a ser engañosas: gente que se toma un Actimel para no acatarrarse porque en invierno ya se sabe, infografismo en el que el "equipo Actimel" identificado claramente como parte del sistema inmunológico, se dedica a destruir virus y bacterias....
Sencillamente es mentira. Si acaso, el único efecto probado de Actimel sobre el sistema inmunológico es indirecto: una mejor flora intestinal y, por tanto, una correcta absorción de nutrientes, perimte que la salud general del organismo ( y por tanto el sistema inmunológico) funcionen mejor. Pero ni Actimel ni ninguno de los otros productos con L. Casei (por cierto mucho más baratos y con los mismos efectos) tienen efecto alguno sobre la posibilidad o no de coger un catarro. Y, como diría Fraga, esto hay que decirlo.

miércoles, 8 de abril de 2009

Pseudociencia sexual

Hace poco, en el marco de un ciclo científico de conferencias en la Universidad de Alicante, la profesora de bioética de la Universidad Católica de Murcia (propiedad de la iglesia católica), pronunció una conferencia en la que, entre otras lindezas, decía que la homosexualidad es una enfermedad y que como tal debe ser tratada, y achacaba la causa de la homosexualidad a "gatillazos", "entorno educativo" y cosas por el estilo. No contenta con esto, utilizó dos argumentos que no me son desconocidos:
a) La homosexualidad fue retirada de la lista de enfermedades mentales en 1970 debido a presiones políticas de los colectivos gays.
b) La homosexualidad es un comportamiento desordenado contrario a la ley natural.
Las palabras de esta señora (numeraria del opus, por supuesto) se califican por sí solas y no merecen más comentario. 
Sin embargo, si merece comentario el uso de argumentos pseudocientíficos. En este caso, la 'falacia de autoridad' por la cual el hecho de que una persona sea una autoridad relevante o tenga muchos conocimientos de algo hace que cualquier afirmación de esa persona, justificada o no, tienda a darse por cierta.
En los sectores de opinión más radicales y jimenezlosánticos se da mucho pábulo a estas supuestas ideas 'científicas', y hasta tuvieron la desfachatez de llevar a comparecer en el Congreso, durante la discusión de la ley del matrimonio homosexual, al 'reputado' psiquiatra Aquilino Polaino, que instruyó a Sus Señorías sobre las terapias que utiliza para 'tratar' la homosexualidad.
Todo esto no hace más que desprestigiar a la ciencia al transmitir una impresión equivocada. Para que algo sea "científico" debe ser probado experimentalmente, y dichas pruebas reconocidas como válidas por el resto de la comunidad científica. 
En primer lugar, lo de la ley natural. ¿Dónde está escrita?. ¿Seguro que la homosexualidad no es un comportamiento natural? Muchos animales presentan espontáneamente ese tipo de comportamientos. 
Además, ¿qué es lo natural? Se supone que la diferencia entre algo "natural" y algo "artificial" es que lo segundo ha sido elaborado por el hombre. Todo nuestro comportamiento social, la educación, la cultura, toda nuestra organización como humanidad es artificial. Lo natural es ir desnudos o vestidos con pieles y vivir en cuevas. 
Y puestos a decir, lo natural no es, desde luego, renunciar al sexo y dedicar la vida a la oración y el éxtasis contemplativo de la gracia divina. 
No sé si la homosexualidad tiene o no una base genética. Hay estudios que apuntan en ambas direcciones. Una posible causa genética implicaría dotar de significado evolutivo a la homosexualidad, lo que es difícil desde la perspectiva de utilidad para la especie, a no ser que se trate de un mecanismo evolutivo para autorregular el crecimiento de la población.  Por otra parte, buscar el origen de la homosexualidad en causas ambientales o alteraciones fisiológicas no explica que el fenómeno homosexual se haya mantenido constante a lo largo de la historia, en todas las épocas y en todas las culturas.
En lo que sí hay consenso científico es en que la homosexualidad no es una enfermedad. Desde 1970 no hay ninguna organización internacional de salud que la considere como tal. Tampoco en España y, que yo sepa, no se han producido manifestaciones en la puerta de los colegios de psicólogos o en las facultades de medicina para presionarles a nada.
Lo más grave aún es que, amparándose en la libertad de cátedra, pretendan hacer pasar por científico lo que no lo es. Las opiniones, las creencias, la moral y la ética de cada uno son muy respetables cuando se presentan como lo que son, opiniones personales. Pero las verdades científicas son otra cosa.