miércoles, 19 de noviembre de 2008

Los "científicos" disidentes

La pseudociencia ataca incluso dentro de la propia comunidad científica. Siempre que se hace un descubrimiento importante, hay alguien dentro de la comunidad científica que, utilizando la vieja falacia lógica del argumento de autoridad (Lo que yo digo es verdad porque soy una autoridad en la materia y sé mucho de esto) saltan a los medios de comunicación afirmando que existe algún tipo de conspiración a escala planetaria por la que los malvados científicos "oficiales" quieren engañarnos a todos.
¿Hay conspiraciones o no? Yo creo que sí, pero muchas menos de las que nos quieren hacer creer que hay. Creo que las películas de espías en las que se nos presenta una CIA todopoderosa que nos controla a todos y que dispone de tecnologías ultrasecretas, o esas otras en las que malvados científicos ocultan sus descubrimientos para controlar el mundo no son más que eso, películas, pero veo que existe una peligrosa tendencia a creerse lo que se afirma en esas pelis. Quizá porque los efectos especiales han alcanzado tal nivel de desarrollo que es fácil creerse lo increíble. Si hay que buscar consipraciones, busquémoslas en lo económico, en el tráfico de drogas, en la corrupción política y la especulación.
Baste como ejemplo la actuación de los todopoderosos Estados Unidos en las dos últimas guerras en las que se metió:  Vietnam e Irak. En ambos casos la presencia de miles de soldados y de lo más avanzado en armamento no ha sido suficiente para ganar esas guerras, hasta el punto de tener que pactar una salida humillante en Vietnam y estar a punto de hacer lo mismo en Irak, incluso después de arrasar ambos países no han logrado hacerse con el control completo de la situación. Y no digamos si hablamos de Bin Laden: la todopoderosa tecnología americana no ha sido capaz de dar con un tío rodeado de un grupo de guerrilleros escondidos en unas montañas que conocen como la palma de su mano. Claro, los conspiranoicos dirán que en realidad Bin Laden es un agente de la CIA y que todo el tema del 11-S es una patraña montada por la CIA para imponer un sistema de control de la sociedad más estricto. Pero se olvidan de que, en ese caso, el sistema no ha funcionado. Además, ¿alguien se cree que los agentes de la CIA no son seres humanos? Si realmente estuvieran detrás del 11-S, ¿cuántos agentes habrían participado en el operativo? ¿cientos? ¿miles? ¿y NINGUNO de ellos estuvo tentado de avisar a sus conocidos o familiares en Nueva York?...
Sin embargo, creo que hay dos ejemplos mucho más sangrantes, y me atrevo a afirmar que potencialmente criminales: La negación del cambio climático (abanderada por nuestro ex-líder supremo Aznar) y la afirmación por parte de algunos científicos de que el VIH no existe, y si existe, no es la causa del sida.
A esta gente las pruebas le dan igual. Que en ambos casos haya un consenso prácticamente unánime en la comunidad científica sólo les sirve para presentarse como "víctimas del sistema", y conseguir aún más notoriedad y, por supuesto, dinero. Escribir libros diciendo que el sida no existe es una lucrativa fuente de ingresos, así como ser invitados a programas de televisión, debates y conferencias....En definitiva, que es una forma de encontrar el éxito y el reconocimiento social que no han sido capaces de encontrar por la vía del trabajo y el esfuerzo.
Tanto el cambio climático como la pandemia del sida han sido reconocidos por la ONU y la comunidad científica como dos hechos potencialmente catastróficos en un futuro no lejano. Ambos tienen su origen en el grado de desarrollo de nuestra sociedad. En el caso del cambio climático, debido al dramático incremento de las emisiones de CO2 procedentes de la actividad industrial, el transporte y la generación de energía, y en el caso del sida debido a la globalización, la facilidad para viajar y la pobreza en la que hemos sumido al continente africano, origen de la enfermedad a principios del siglo XX.
En el caso de los negacionistas del cambio climático su interés está claro: las grandes empresas generadoras de CO2 están muy interesadas en que esas opiniones se difundan para seguir generándolo tranquilamente. El caso del sida es muy diferente y, quizá por mi implicación personal en ello, más indignante. Los apóstoles del negacionismo del VIH sólo buscan su beneficio económico personal, aun a costa del sufrimiento y la muerte de la gente con VIH que, fiándose de sus teorías, decida abandonar los tratamientos.
El VIH es el más conocido, investigado, fotografiado y analizado de todos los virus. Sabemos mucho sobre él, aunque todavía, después de 30 años, no sabemos lo suficiente como para acabar con él. Disponemos de tratamientos que permiten ralentizar el avance de la infección y tenemos fundadas esperanzas de que esos tratamientos serán aún más eficaces en el futuro. Hay cientos de grupos de investigación, financiados por laboratorios farmacéuticos pero también por gobiernos y ONGs, trabajando duramente para encontrar un remedio. Hemos conseguido que la mayoría de gente infectada en el primer mundo (otro día hablaré de África y el comportamiento pseudocriminal de los laboratorios farmacéuticos) no se muera de sida, al menos en los 20 años que hace que existen tratamientos. Las evidencias son abrumadoras, pero hay dos corrientes negacionistas muy activas.
Una de ellas, liderada por el "grupo de Perth" (un grupo de médicos de un hospital australiano), niega la existencia misma del virus. ¿Que los test son capaces de identificarlo? Entonces los test están equivocados. ¿Que hay fotografías? O están trucadas o lo que muestran no es el VIH. ¿Que podemos identificar el ARN vírico en la sangre? Sí, pero ese ARN lo tenemos todos en nuestras células y es inocuo...
La otra corriente sí acepta la existencia del VIH, pero niega que sea la causa del sida.
En ambos casos, según ellos, la causa principal del sida sería el estrés oxidativo que sufren las células por culpa de la ansiedad, el estrés, el consumo de drogas, la mala alimentación o, incluso, los propios tratamientos antirretrovirales.
Sin embargo, todavía no he visto que esos grupos de "investigadores" hayan presentado ni un sólo caso de curación o de ralentización de la enfermedad tomando, por ejemplo, antioxidantes. Los pocos estudios que han presentado son sesgados y basados en teorías obsoletas que ya no están vigentes. No voy a entrar en complejas descripciones de biología molecular (internet está lleno de recursos para los interesados en el tema), pero muchos de los argumentos se desmontan por pura lógica. Vaya un ejemplo de muestra:
El grupo de Perth (formado por médicos sin especialización en inmunología y liderados por una experta en física médica -los que investigan en radioterapia-), afirma que el ARN que identificamos como vírico está en realidad integrado en el ARN celular de un porcentaje de la población. dicho ARN estaría allí procedente de infecciones pasadas de virus inocuos que han acabado integrándose en el ADN celular. Dichos genes serían transcritos en moléculas de ARN sin actividad pero que pueden ser detectadas a través de los test de VIH, dando la impresión de que hay un virus donde no lo hay. 
Es cierto que una buena parte del ADN "basura" que contienen nuestras células podría provenir de infecciones víricas de nuestros antepasados, y así se reconoce en numerosos estudios. Sin embargo, si la vía por la que ese ADN (y su correspondiente copia en ARN) está presente en nuestras células es la herencia...¿cómo explicar la seroconversión? ¿cómo se explica que yo me hiciera una prueba de VIH hace 10 años y diera negativo, me hiciera otra dos años más tarde y volviera a dar negativo, y en la fatídica prueba de hace 5 años sí diera positivo, y sigue dando positivo desde entonces? Si en realidad lo que se detecta son fragmentos de código genético viríco integrados en mi ADN, debería estar ahí desde que nací, cosa que no ha sucedido....
Las teorías disidentes sobre el VIH han dado alas a charlatanes de todo tipo que afirman que el sida se puede curar con dieta y todo tipo de teorías pseudocientíficas. El problema es que la ansiedad que te genera el saber que eres VIH+ puede dar pie a que mucha gente se eche en brazos de esos charlatanes que afirman tener el milagro que nadie tiene. Por no decir nada de gobiernos africanos que, como el caso de Sudáfrica, abrazaron esa teoría por puro interés económico: Si el VIH no existe, ¿por qué íbamos a financiar tratamientos? Que la gente coma sano, tome muchas frutas tropicales y haga ejercicio.
Me pregunto si estos señores "investigadores" se han parado a pensar en las muertes que puede causar la difusión contra toda lógica de sus teorías y su mensaje "redentor". Me pregunto cómo de sucias sentirán sus conciencias. Me pregunto por qué no nos dejan en paz. La infección por VIH supone el desafío vital más importante en las vidas de los que lo sufrimos, y desde luego no estamos para jueguecitos absurdos.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Escépticos sí, no maleducados

He estado haciendo sufrir a mis neuronas en un paseo por las webs ocultistas y conspiranoicas y por sus correspondientes antagonistas, las webs de escépticos que analizan y desmontan los supuestos "misterios paranormales" y otras hierbas. Digo lo de hacer sufrir porque, si las primeras cuestan bastante de digerir a según que horas y se parecen sospechosamente a una colección de fantasías (al menos, en muchos casos), las webs escépticas en general, o por lo  menos la mayoría de las que yo he leído, caen demasiado a menudo en el insulto fácil o el descrédito personal.
Creo que uno puede ser escéptico y no por ello ser maleducado. Las opiniones de la gente, mientras sólo sean eso, opiniones, merecen ser respetadas. Y no digamos las creencias. Que millones de personas en el mundo crean en algo no lo convierte en verdad, ni mucho menos, ni exento de la crítica o el análisis racional, pero el campo de la creencia y de la fe personal merece el mayor de los respetos por aquellos que no compartimos esa fe. 
Siempre he dicho que no tengo fe, pero que ojalá la tuviera. Muchos de los enigmas sin solución la tendrían a través de la fe, pero ¡ay! lo que no se tiene no se tiene, y yo de momento sigo preocupándome más por el mundo real que por el irreal, por lo que es más que por lo que podría ser.
Creo que la gran mayoría de las cosas que se dicen en las webs escépticas suponen explicaciones convincentes y muy terrenales de supuestos fenómenos "extraños". La razón está de su parte... pero esto parece que no es suficiente, porque la tónica general es la descalificación, no sólo del supuesto fenómeno o teoría, sino de los que los difunden e investigan. Los calificativos que más he leído: "gilipolleces", "chorradas", "bobadas", "tonterías"... además de la descalificación personal, cuando no el insulto, de los investigadores más mediáticos, a los que se ridiculiza desde por su corte de pelo hasta por la forma de vestir.
Lo grave es que no se trata de webs cualquiera o de autores cualquiera los que escriben esto, se trata en algunos casos de investigadores o divulgadores científicos muy serios, dirigentes de asociaciones escépticas, etc. Me parece una lástima que se pierdan las formas ya que, sencillamente, no hace ninguna falta. Lo que hace falta es ser lo suficientemente didácticos no para convencer a los creyentes (yo conozco a muchos y por más horas que me he pasado razonando jamás ha habido el menor atisbo de convencimiento en ninguno de ellos), sino para difundir el pensamiento crítico y escéptico entre los no creyentes o los indiferentes, para que las herramientas que nos permiten detectar las falacias y no hacerles caso sean herramientas difundidas y no desprestigiadas.

Es mucho más divertido practicar la ironía (y bastante más elegante) que caer en la descalificación fácil. Creo que se puede hablar de "teorías sin fundamento" o "creencias no apoyadas por la experiencia" en lugar de "chorradas" y "tonterías". El significado final es el mismo, pero la forma en la que se transmite el mensaje es radicalmente diferente.
¿El pensamiento escéptico está desprestigiado? Bueno, no tengo un estudio sociológico o una encuesta que lo demuestre, pero creo que sí. Mucha gente se siente agredida por la crítica, no ya hablando de fenómenos paranormales, sino la crítica en general. Se considera que criticar algo abiertamente es "negativo", cuando la crítica es lo que hace avanzar el pensamiento. Si alguien no se atreviera de vez en cuando a criticar los dogmas y buscar dónde fallan, todo nuestro conocimiento científico y nuestra tecnología no existirían. Reconozco que la frontera entre crítica y descalificación es a veces difusa, pero la crítica que busca exponer argumentos alternativos y razonamientos basados en la lógica no debería molestar a nadie. Sin embargo, hemos sustituido poco a poco ese tipo de crítica por el chascarrillo o el comentario despectivo, este sí bien recibido por lo que tiene de espectáculo. Un ejemplo: en una reunión del comité directivo de una empresa, en la que se está definiendo un plan estratégico, las críticas buscando los puntos débiles de dicha estrategia son recibidas como "negatividad", "falta de dinamismo", "inmovilismo".... pero si te tragas tus opiniones y luego te vas a comer con tus compañeros y pones verde al jefe por llevar un traje horroroso, todo el mundo se toma a bien esas críticas.
El resultado: los programas televisivos de cotilleo cosechan audiencias millonarias y para ver un programa decente sobre ciencia hay que abonarse a un canal digital...

lunes, 10 de noviembre de 2008

Economía y psicología de masas

"la inteligencia de un colectivo de personas es igual a la inteligencia del más tonto dividida por el número de personas que lo componen" (Terry Pratchett)
Hay una profesión que considero equparable en un 100% a una pseudociencia: la de analista bursátil y/o gurú económico. No deja de ser parádojico que, mientras criticamos a los adivinos que usan bolas de cristal, a los astrólogos, videntes, etc, respetemos las opiniones de 'expertos' que pretenden adivinar lo que va a pasar en la economía o, peor aún, si la bolsa va a subir o no.
La actual crisis económica no la había previsto nadie. Bueno, ahora todo el mundo dice que sí, que la habían previsto, que llevaban tiempo avisando, que se veía venir, pero la verdad es que NADIE, ni el FMI, ni la prensa económica, ni los analistas bursátiles, NADIE había previsto cuándo se iba a iniciar la crisis ni la profundidad que iba a alcanzar. De hecho, hace 4 o 5 meses todavía se podían escuchar y leer opiniones de los expertos diciendo que la crisis duraría "hasta finales de 2009 o menos" y que "lo peor ya ha pasado", y cuando dicen que la bolsa ha tocado fondo, va y se desploma todavía más, cuando nos dicen que la crisis financiera está controlada, empiezan a descalabrarse bancos. El resultado: cuando le preguntan a alguno de los gurús económicos qué es lo que va a pasar, se andan por las ramas o, simplemente, no se atreven a dar una opinión. 
Pero vamos a ver, ¿acaso la economía no es una ciencia? Si podemos predecir el tiempo que hará con varios días de antelación (y eso supone tener en cuenta cientos, si no miles de variables), ¿por qué no podemos predecir con una mínima antelación el comportamiento de la economía? Hay dos palabras que se usan mucho estos días y que creo que son la clave: confianza y pánico.
La economía de mercado en la que vivimos es un juego de confianzas y riesgos. Es lo mismo que decir que es un juego de mentiras y medias verdades. ¿Cómo puedo confiar en una empresa que no conozco para venderle algo y que se endeude conmigo? Porque hay agencias y organismos 'imparciales' que me garantizan que el cliente es de fiar. Pero claro, el cliente puede mentir, o la agencia puede mentir, o el cliente se puede poner de acuerdo con la agencia para mentir los dos y sacar tajada. Todo vale con tal de aumentar la rentabilidad. ¿Y por qué esa obsesión por aumentar la rentabilidad? Porque los sueldos astronómicos de los directivos dependen directamente de dicho aumento. Es decir: si la empresa no gana más que el año pasado, no hay bonus y adiós a las vacaciones en las islas Caimán o al audi Q7 de mis sueños.
Es decir, que tenemos que confiar en que no nos mienten quienes han demostrado que su profesión es mentir. Si su empresa va muy bien, hay que hacer que parezca que todavía va mejor, y si va mal, hay que mentir para que parezca que va bien. Ahora que se ha descubierto el pastel, se tiene que montar una mentira nueva: la "refundación del capitalismo". ¿Refundación? Sólo sería creíble dicha refundación si la primera medida que se toma es poner de patitas en la calle sin un euro de indemnización a los especuladores que están al frente de las empresas que nos han llevado a esto. Esta crisis tiene nombres y apellidos, responsables y culpables del engaño en el que nos han hecho vivir. ¡Cómprate una casa, endéudate, no seas tonto!, nos decían. ¡Compra, que es negocio! ¡Si te va mal la vendes por el doble de lo que costó y te sacas una pasta! ¡Y además, cómprate un coche, los muebles, vete al Caribe con tu churri, gasta, consume, que España va bien! Ahora que los vapores alucinógenos se disipan, nos encontramos con la cruda realidad. Y son los que nos decían esto, los que se han echado en brazos de papá Estado (es decir, de todos nosotros y nuestros impuestos) los que ahora van a hacer acto de penitencia y van a prometer ser buenos chicos a partir de ahora.... ¿A quién quieren engañar?
La otra palabra es el pánico. Predecir el comportamiento de la bolsa se ha demostrado más difícil que predecir el comportamiento individual de cada una de las gallinas de un corral cuando entra en acción un lobo. Y sin embargo, siguen existiendo las empresas especializadas en bolsa. Otro engaño. Creo que si le preguntamos a Rappel (que ha demostrado tener las mismas dotes predictivas que un ladrillo) y a un analista de Bolsa cómo se va a comportar una cesta de valores en los próximos, pongamos 5 días, probablemente Rappel acierte tanto como el analista. Sin embargo hay una apariencia científica en los razonamientos del susodicho analista. Nos habla de los beneficios esperables de las empresas, de sus inversiones, de su posición en el mercado, de las tendencias de la economía... ¿entonces por qué han fallado estrepitosamente?
Muy sencillo. Hay un elemento impredecible, que deja todas esas sólidas previsiones con la misma consistencia que la gelatina de fresa: el pánico. Al final, detras de las inversiones hay inversores, y el comportamiento de los inversores se reduce a "donde va la gente, va Vicente". No hay diferencias entre el comportamiento de los inversores y el comportamiento de un grupo de personas en la calle. Por ejemplo: Si vemos que de repente todo el mundo echa a correr, no nos paramos a pregntar por qué, ya que suponemos que debe haber una buena razón para ello, y nosotros también corremos "por si acaso".... Es jodido que estemos en una crisis "por si acaso" y causada por la mentira reiterada y compulsiva. 

jueves, 23 de octubre de 2008

Ciencia vs espiritualidad: Una falsa dicotomía

A pesar de ser un firme defensor del pensamiento crítico, existe una corriente cada vez más extendida en los círculos escépticos que parece negar la realidad espiritual. El espíritu, lo inmaterial, no existe más que en la mente y la imaginación, y por tanto se equipara a una "superstición" más.
He leído muchos escritos escépticos dedicados a ese tema, a la negación del misticismo y la existencia misma de la trascendencia, y por extensión, de Dios.
No soy creyente (ni en la fe católica ni en ninguna otra), precisamente porque carezco de la fe suficiente para experimentar la "iluminación" de la que hablan los místicos. Pero lo cortés no quita lo valiente, y que no crea en algo no significa que niegue  la existencia de una vertiente espiritual en los seres humanos. 
Siempre me ha precido fascinante la mística desde el punto de vista filosófico. Defiendo la filosofía como fuente de conocimiento más allá de lo puramente tangible, y creo que hay muchos elementos interesantes en la mística de diversas religiones, algunos de ellos elementos asombrosamente modernos.
No soy un estudioso del tema, pero encuentro fascinante la mística asociada con la cábala judía, por ejemplo, especialmente la contenida en el Sepher Yezirah y el Zohar. En pocas palabras, esta corriente del judaísmo, con gran desarrollo en la Edad Media, intepreta los textos bíblicos, especialmente la Torá (los cinco primeros libros del Antiguo Testamento cristiano) en clave simbólica y no literal. Para los estudiosos del Zohar, Dios y el hombre tienen una relación profunda y se influyen el uno al otro. Los místicos cabalistas afirman que el cuerpo de Dios, representado en el árbol de las sefirot, tiene un componente femenino y un componente sexual, además de otros, y que las acciones humanas negativas rompen el equilibrio entre los diferentes componentes del cuerpo divino. Es decir, que Dios se ve afectado por los actos humanos. De ahí surgen conclusiones "religiosas" sobre normas de conducta y búsqueda de la santidad, algo que ya me interesa bastante menos, pero hay ideas muy interesantes. Ahí van algunas:
- El Diluvio Universal, no es un hecho del pasado, sino que está sucediendo en este momento, y si no nos damos cuenta es porque en realidad nos estamos "ahogando". Un bonito simbolismo.
-No fue Dios el que expulsó a Adán y Eva del paraíso, sino que fueron ellos los que expulsaron a Dios al caer en el mal. Es decir, el paraíso terrenal es el mundo en el que vivimos, eso si corrompido por la maldad de los hombres. 
Hay otros muchos temas,  pero creo que requieren demasiado tiempo para explicarlos y yo no he llegado a comprenderlos del todo. Pero me gusta la idea de ese Dios en relación directa con el hombre y afectado o "desequilibrado" por las malas acciones.
Además, esta mística influyó mucho en la filosofía moderna, desde Ramón Llull a Newton o Leibniz, algunos de los padres del pensamiento científico moderno.
Me preocupa el progresivo divorcio entre filosofía y ciencia. En su origen, fueron una misma cosa, y los científicos del siglo XVI y XVII, los "padres" del método científico actual, eran también filósofos. Tenían ambas vertientes, y para ellos la ciencia es la consecuencia natural de la filosofía, sobre todo de la epistemología o filosofía del conocimiento. La búsqueda de la verdad más allá de los dogmas de fe, el interés por explorar los límites del conocimiento, el querer saber qué es lo que podemos conocer con el intelecto, dieron lugar al desarrollo de la metodología científica moderna, y esto parece que ha sido olvidado por muchos científicos. 
Sin ir más lejos, la física de partículas, el conocimiento de la estructura íntima de la materia, es una disciplina "fronteriza" con la filosofía e incluso, por qué no, con la mística. Quizá se  deba a que en las tecnificadas universidades de hoy casi no hay profesores que enseñen filosofía de la ciencia a los alumnos de carreras científicas, algo que debería ser materia troncal en todos estos estudios y que ha sido marginado por no ser un conocimiento aplicado. 
Así nos encontramos con una visión utilitaria de la ciencia, que prima sobre todo las investigaciones aplicadas con resultados rápidos y aplicables inmediatamente y margina a la ciencia básica. A su vez, los científicos que hacen ciencia básica no hacen el esfuerzo didáctico que deberían, no transmiten la fascinación por el conocimiento fundamental como el motor de todo el conocimiento científico aplicado. Los gobiernos ya no invierten en ciencia, sino en I+D+i, olvidando que la una es imposible sin la otra, del mismo modo que un edificio no se sostiene sin cimientos.
Resultado: la ciencia se ve como algo contrapuesto a la espiritualidad, tanto por los defensores a ultranza del conocimiento científico como único posible (como si el conocimiento filosófico no lo fuera), como por los defensores de la espiritualidad mal entendida que ven a la ciencia como un enemigo. Y eso es caldo de cultivo para el engaño, para el misticismo sin fundamento, para la filosofía "new age" que toma sólo lo que le interesa de las religiones y del misticismo en un cóctel poco coherente y sin fundamentos claros. 
Entiendo que a un científico le rechinen los dientes cuando oyen cosas como "el poder curativo de los cristales" o las técnicas de "sanación". Pero en lugar de hacer un esfuerzo por llevar a estas personas a las fuentes del conocimiento, por mostrarles el camino que ha llevado al conocimiento a ser lo que hoy es, la postura de la ciencia es muchas veces despreciativa y ofensiva hacia las personas que profesan esas creencias. Lo cual a su vez redunda en que esas personas se sientan agredidas y se aparten todavía más del conocimiento racional para echarse en brazos de filosofías que, muchas veces, son simplemente charlatanería barata.
Y es que a veces, aún hoy, el sueño de la razón sigue produciendo monstruos.

lunes, 20 de octubre de 2008

Internet, la globalización y la crisis financiera

No voy a escribir sobre las causas de la crisis, hay muchos expertos económicos escribiendo sobre ello y de forma más técnica y acertada de lo que podría hacerlo yo. Sin embargo, quiero llamar la atención sobre el paralelismo, evidente a mi juicio, entre el avance de internet y las tecnologías de la información y la paulatina eliminación o suavización del control y la regulación de la actividad económica, una de las causas fundamentales de la crisis a juicio de los expertos.
Es curioso ver cómo la crisis ha estallado en un periodo de tiempo asombrosamente breve, dada su gravedad (que ahora empezamos a ver, aunque aún no se siente plenamente sobre la economía real, es decir, nuestros bolsillos). En sólo 6 meses lo que eran "indicios de desaceleración" de la economía se ha convertido en la peor crisis económica de los últimos 70 años, y aún no sabemos dónde está el final... Paralelamente, la velocidad del acceso e intercambio electrónico de información se ha multiplicado en los últimos años, actuando como 'gasolina' para la aceleración económica. Parece que no hemos aprendido nada de la burbuja y posterior crisis de las empresas puntocom que vivimos hace unos años, cuando los portales de internet se compraban y vendían por cantidades astronómicas y los gurús de internet pronosticaban que en 2005 todos haríamos la compra diaria por ese medio, que el comercio tradicional y los modelos clásicos de negocio se habían acabado, etc etc...
Internet ha democratizado el acceso a la información, a costa de reducir su calidad y el grado de confianza que genera (hay mucho 'ruido' en internet y a veces es difícil separar el grano de la paja), pero al mismo tiempo ha facilitado que los intercambios económicos se descontrolaran mucho más fácilmente.
Sin embargo, nadie propone actuar sobre ello. Nos preocupamos mucho de que los contenidos de los medios de comunicación sean veraces, pero en internet cualquiera puede decir cualquier cosa (yo mismo lo estoy haciendo) sin que eso tenga consecuencias. Es un terreno abonado para la estafa y el engaño, y los tímidos intentos de control que se han hecho hasta ahora han sido abrumadoramente criticados como "censura" e "intervencionismo" del estado. Pero el uso de internet también debe ser responsable, y debería haber algún tipo de control que ponga coto a los bulos, difamaciones, rumores y falsedades que podemos leer todos los días, muchas veces procedentes de fuentes "solventes". Esto ha tenido y tiene consecuencias sobre la calidad de la información y, como estamos viendo, sobre la economía.
Por otro lado, los gurús atacan de nuevo. Ahora es la web 2.0 , las redes sociales, la 'blogosfera' la que va a salvarnos del caos. ¿Será cierto, o es otra burbuja que acabará desinflándose? ¿Realmente las redes de contacto social en internet sirven para lo que nos dicen que sirven, o se quedarán en otro aspecto lúdico y de entretenimiento más?
Un ejemplo: SecondLife. Hace tan sólo un par de años era el futuro, una comunidad virtual sin reglas en la que todo el que era "alguien" (empresas y particulares)  se apresuró a entrar. Nos decían que todos acabaríamos con un 'alter ego' virtual que viviría una vida paralela. El sueño dorado de muchos: llegar a ser en la realidad virtual lo que no pueden ser en la vida real. Los gurús del asunto se apresuraron a darle la bienvenida y ahora... ¿quién se acuerda de SecondLife?
Por otro lado, internet ha ayudado más bien poco al desarrollo del pensamiento crítico. El acceso masivo a cualquier tipo de información, sin contrastar fuentes muchas veces, ha dado alas a todo tipo de teorías de la conspiración, desde las clásicas acerca de los OVNIs hasta las más modernas sobre el 11-S y la CIA (¿Realmente los de la CIA son tan listos? Hasta ahora lo que han demostrado es más bien lo contrario..)
Otro ejemplo: En muchos foros de ufología, especialmente en Norteamérica y América del Sur se dio mucho crédito a un supuesto mensaje recibido por varios "contactados" por extraterrestres, procedente de una supuesta Federación Galáctica, que decía que el pasado 14 de octubre una nave extraterrestre de enormes dimensiones se dejaría ver durante tres días sobre el hemisferio Sur (aunque el mensaje citaba el nombre de Alabama, que si la geografía no ha cambiado sigue estando en el hemisferio Norte). Por supuesto, no ha sucedido, y espero con avidez el próximo comunicado de la Federación Galáctica para ver qué excusa ponen los extraterrestres para no comparecer a la cita (Profecía: seguro que la crisis financiera tiene algo que ver, ya veréis). Sin embargo, a pesar de este desaire de los OVNIs que iban a venir a salvarnos, los creyentes sencillamente han ignorado el tema y siguen con sus mensajes de luz, amor y paz universal, como si la tal profecía nunca hubiera existido.
En fin, que no es oro todo lo que reluce en internet....

jueves, 9 de octubre de 2008

Acerca del pensamiento crítico

La Historia es cíclica. A cada etapa de paz le sucede una de guerras, a cada tiempo de prosperidad le sucede uno de convulsiones y oscuridad, y así sucesivamente...
¿Hacia dónde nos encaminamos? ¿Es coherente pensar que puede volver un 'periodo oscuro' en la era de la sociedad de la información y la globalización?
Creo que hay señales de alarma de que algo asi puede llegar a ocurrir. Una de ellas es el progresivo arrinconamiento del pensamiento crítico y metodológico en beneficio del pensamiento "mágico" y fabulador. Basta con creer en algo para que ese "algo" (sean OVNIs, fantasmas, seres extradimensionales...) se convierta en una verdad intocable y cualquier intento por abordarlo desde una perspectiva crítica y racional (enumerando hipótesis y viendo si la observación las confirma o las descarta) se convierte en un "ataque intolerable" de la ciencia llamada "oficial".
La arqueología nos enseña que el hombre, prácticamente desde que ha tenido conciencia de sí mismo, ha sentido el vértigo ante la muerte y la necesidad de consuelo espiritual ante la misma, de trascendencia más allá. La sucesión de hechos en apariencia inexplicables (el día y la noche, el movimiento de las estrellas, los fenómenos atmosféricos, etc) hizo que se empezaran a atribuir las causas de esos fenómenos a "entidades superiores", que con el tiempo dieron lugar a los dioses. Y con ellos llegó la magia. Los dioses no sólo eran los creadores o los responsables del movimiento del mundo, sino que interactuaban con el ser humano, respondiendo a sus plegarias y otorgándoles favores y peticiones.
Pero la era de tecnología y conocimiento en la que vivimos ha ido arrinconando cada vez más a los dioses y la magia. Cosas que hace uno o dos siglos sólo podían explicarse por la intervención sobrenatural son hoy perfectamente explicables a la luz del conocimiento científico. Estamos llegando a un grado de conocimiento íntimo de la estructura misma de la materia, sabemos cómo funciona la vida a grandes rasgos y podemos curar enfermedades que hace sólo 100 años mataban a todos los que las padecían.
¿Significa eso que no queda sitio para las religiones? Rotundamente no, por supuesto que queda sitio, pero es en el apartado espiritual, ético, moral y de desarrollo personal donde las religiones, la metafísica y la trascendencia juegan su papel.
El problema es que la necesidad de creer en lo sobrenatural es muy fuerte y muy arraigada en el ser humano, y cuando la religión clásica ha dejado de ser creíble (dado su empecinamiento en aferrarse a dogmas y leyes concebidas hace muchos cientos o miles de años), nuevos "dioses" hn venido a sustituir a los antiguos. Cada vez son más los creyentes en pseudorreligiones, sectas y creencias como los extraterrestres, que han venido a colmar las expectativas de trascendencia no satisfechas. Puesto que vivimos en una era tecnológica, los nuevos dioses son tambien tecnológicos, seres superiores que dominan tecnologías muy avanzadas pero que están aquí para cumplir el papel de siempre: velar por el ser humano, cuidar de nosotros, instruirnos o "intervenir" para evitar que el ser humano se autodestruya. La nueva religión es una mezcla de ecologismo (desde mi punto de vista mal interpretado), tecnología, aviso del "fin de los tiempos" o del "primer contacto"... y, como todas las religiones, tiene sus sacerdotes canalizadores del mensaje divino: aquellos a los que los dioses (o los extraterrestres en este caso) hablan directamente.
Los medios de comunicación colaboran activamente a difundir estas nuevas creencias, carentes muchas veces del más mínimo espíritu crítico o escepticismo hacia los contenidos que difunden. Son mayoría los ciudadanos de países occidentales que creen que los OVNIs son artefactos extraterrestes que nos visitan, nos vigilan o incluso nos supervisan. La atracción por el misterio, por lo oculto, por los conocimientos arcanos se hace más poderosa cada vez...
Tomemos como ejemplo el LHC, el nuevo acelerador de partículas del CERN que sustituye al antiguo LEP, en ambos casos las máquinas más potentes jamás construidas. Su puesta en marcha el mes pasado desató una oleada de "miedo al fin del mundo", en este caso porque se dijo que podría llegar a crear un agujero negro artificial que devorara el planeta. Los medios dieron pábulo a las protestas, en muchos casos sin contrastarlas con las opiniones de expertos, alimentando el espectáculo.
¿Y los científicos? ¿Por qué no reaccionan? Muy sencillo: los científicos son cada vez más técnicos y menos didácticos. El CERN, la mayor fábrica europea de ciencia, de donde han surgido desde Internet (que se inventó allí) hasta los escáneres de emisión de positrones (PET) o los aceleradores lineales que se usan en los hospitales para diagnosticar y curar muchos tipos de cáncer y otras enfermedades, es una institución desconocida para la mayor parte de los europeos. El que debería ser el buque insignia de nuestra ciencia y orgullo de todos (puesto que todos lo pagamos con nuestros impuestos) realiza tímidas acciones didácticas. Lo mismo sucede con otros muchos centros de investigación en el mundo. Encerrados en sí mismos, alejados de la sociedad, sintiéndose agredidos por los nuevos apóstoles de la pseudociencia, su reacción no ha sido la que cabría esperar: información máxima, esfuerzo por explicar lo que hacen (ya, la física cuántica es muy complicada, pero no imposible de explicar). Para colmo, muchas asociaciones de escépticos caen en el insulto fácil hacia las creencias de millones de personas, calificándolas de "estupideces", "timos", "tonterías"... No es así como se rebate una afrimación errónea, sino explicando cuál es la línea de pensamiento y el método científico utilizado para descubrir, si no la verdad, al menos un atisbo de ella.
Me considero más crítico que escéptico. En palabras de un investigador (cuyo nombre no recuerdo), "hay que tener la mente abierta, pero no tan abierta como para que se te caiga el cerebro".
Mientras tanto, la involución en el pensamiento, la ausencia de crítica, las "verdades esenciales", cada vez están más presentes en todos los ámbitos, desde la publicidad a la política y, por supuesto, la religión. Monseñor Camino, portavoz de la Conferencia Episcopal, decía ayer en relación a Educación para la Ciudadanía que el principal problema que tiene la iglesia con esa asignatura es que no pretende enseñarle a los niños que hay una única verdad. Toma ya. Sin despeinarse.
Recomiendo encarecidamente la lectura de la obra del facellido Carl Sagan "El mundo y sus demonios: La ciencia como una luz en la oscuridad", dedicada al análisis crítico de las pseudociencias pero, sobre todo, a enseñar cómo se desarrolla el pensamiento crítico y cómo funciona la ciencia. Para mí, una de las obras más clarificadoras que conozco.

domingo, 22 de junio de 2008

¿De qué va esto?

¿Empezar un blog a estas alturas, cuando todo el mundo tiene uno y lo usa para contar chorradas...?

Pues mira, sí. Tengo cosas que contar y, aunque nadie las lea, me lo tomaré como mi terapia particular para la crisis de los 35 (ayer cumplí 36, y anteayer me quedé sin trabajo). Mi intención (luego ya veremos qué sale) es opinar sobre lo que pasó, lo que pasa y lo que pasará. Este no es un blog temático. Tampoco es un blog divertido. Si eres de los que creen que "hay que tener confianza en el futuro", NO sigas leyendo, o te deprimirás. A lo largo de los próximos días y semanas iré contando mi opinión sobre lo que creo que va a suceder. Resumiendo: Agarraos, que vienen curvas.

En 2050 tendré (si llego vivo) 78 años y estaré al final de mi vida, probablemente. No importará mucho lo que me pase porque de todas maneras me quedará poco, y como ni tengo hijos ni pienso adoptarlos, no me preocupa lo que les pueda quedar a mis sucesores. No obstante, me queda la suficiente humanidad para preocuparme de los hijos de mis amigos (es que lo de Rajoy y su niña me dejó un trauma emocional tan fuerte que aún me despierto por las noches con sudores fríos), esos que ahora tienen de 0 a 10 años y que en 2050 gobernarán el mundo... ¿Pero qué mundo?

En todo el tiempo que he estado trabajando en varias empresas consultoras (¿estafadoras?... no lo tengo claro aún) he hablado con muchos, muchísimos empresarios, probablemente miles de ellos, y si de esta panda de palurdos, ególatras, corruptos, mentirosos, miopes, explotadores e ignorantes que están al frente de las empresas (salvo contadas, pero honrosas, excepciones) depende el futuro de la humanidad... pues os recomiendo que empecéis a pensar en la forma más indolora de suicidio.

Sin embargo, no soy pesimista del todo. La idea de este blog es analizar qúe podemos hacer y qué estamos haciendo para tener un futuro. Ojo: no hablo de un futuro mejor, sino simplemente de un futuro.

Por un lado existe la posibilidad de que suceda una catástrofe global imprevisible (pero no imposible) como el estallido de uno de los varios supervolcanes, el impacto de un meteorito, el deshielo súbito de la plataforma de hielo de la Antártida (buscad en Google Larsen A y Larsen B y luego me lo contáis) y algunos otros eventos que podrían suceder en cualquier momento entre ahora y varios millones de años. Como son imprevisibles e inevitables, todos hacemos como que no están ahí, pero estar, están...

Sin embargo, es la crisis energética la que lleva camino de ser la responsable del más que previsible cambio de modelo económico, político y social que tenemos por delante en los próximos años. De momento, dejo algunas preguntas en el aire...

¿Cómo va a sobrevivir la economía de mercado a la crisis del petróleo?

¿Cómo va a sobrevivir el sistema democrático en los países en los que existe?

¿Cuál será el modelo económico y político que tendremos que inventarnos...o que nos impondrán por la fuerza?

Yo no tengo la respuesta, pero creo que es un camino interesante para explorar.

22 Junio 2008