martes, 27 de enero de 2009

El modo gay de ver la vida

Me había prometido a mí mismo no escribir de nuevo comentarios políticos y ceñirme más al racionalismo y la filosofía, pero la verdad es que no me puedo aguantar, a la vista del contenido de muchos blogs y de algunos comentarios en este mismo. Me refiero a la idea, muy extendida en ciertos medios de comunicación y en las ideas políticas de mucha gente, de que existe un 'lobby gay', un grupo de presión formado por gays y lesbianas que al parecer han 'secuestrado' la libertad de expresión y al gobierno para imponer a la sociedad el matrimonio gay, y más aún, una extraña ideología que ellos llaman 'homosexualismo'.
Lo cierto es que sorprende que determinadas ideas tengan tanta repercusión, sobre todo cuando lo que ha sucedido es justamente lo contrario. El hecho de haber alcanzado la equiparación legal en derechos ha tenido como consecuencia (esperable) la desactivación de la mayor parte de colectivos gays y la sensación, muy extendida incluso entre los propios gays y lesbianas, de que ya no hay nada por lo que pelear. Los colectivos gays en general se han amarrado a la teta subvencionadora de la administración, enfocándose más hacia la prestación de servicios (sobre todo de prevención de las ETS) y dejando bastante de lado la actividad reivindicativa, ya que lo que la administración financia son proyectos de tipo social, educativo y/o sanitario. Al final lo que sucede es que los gays estábamos mucho mejor organizados hace 10 o 15 años que ahora.
Así que, si los colectivos gays no son el problema (para la gente que piensa que sí hay un lobby gay), ¿qué es lo que les preocupa tanto?
Yo creo que el problema es que, como consecuencia directa de la aprobación del matrimonio gay y el plus de normalidad que ello aporta a muchas parejas, la presencia pública de gays y lesbianas ha dejado ya de ser noticia para convertirse en algo cotidiano. Ahora se nos ve más, y eso parece que provoca sarpullidos en más de uno. El hecho de que millones de personas, gays y no gays, tomen la calle cada 28 de Junio en Madrid les parece algo propio de un carnaval y  una manifestación de exhibicionismo, con el viejo argumento de siempre: a nadie le importa con quién tenga uno sexo.
En realidad eso siempre ha sido así. Los gays mediáticos no han salido de debajo de una piedra, en realidad siempre estuvieron ahí y ahora se han ido atreviendo a, simplemente, mostrarse tal cual son. 
No voy a entrar en guerras de cifras (aunque me parece sorprendente que NADIE haya hecho un estudio serio en este país para saber cuántos gays y lesbianas hay), pero si asumimos un porcentaje del 8-10% de la población (cifras MUY conservadoras), y analizamos cuántos personajes públicos han salido del armario, la cifra que resulta es ridícula. Hay que decir (para desesperación de los partidarios de la teoría del lobby gay) que la gran mayoría de los gays, y no digamos ya de las lesbianas, están dentro del armario, tanto en los medios de comunicación como en general. ¿Cuántos futbolistas han salido del armario? Ninguno. ¿Políticos? Pocos y de cuarta fila o ámbito local. ¿Actores? Ni la décima parte de los que lo son...y así podría seguir una lista interminable. 
Los gays estamos en todas partes, porque formamos parte de la realidad social, en este y en todos los países. Y, de verdad, lo único que se busca o se pretende es que nos dejen vivir en paz nuestra vida como cualquier otra persona.
Decir que hay un modo gay de ver la vida es como decir que hay un modo de ver la vida propio de los calvos. Lo único que los gays tenemos en común es nuestra preferencia por personas del mismo sexo. Nada más. En todo lo demás, somos tan diferentes en todos los sentidos como el resto de la sociedad. También ideológicamente. Conozco muchos gays votantes del PP y de ideología conservadora. Conozco a curas y a personas tremendamente religiosas. 
El problema no es que haya un modo de vida gay, que no lo hay, sino la idea de que ser homosexual es una cuestión eso, sexual. Que somos gays porque nos mola follar con otros tíos. Que lo hacemos por vicio, porque somos hedonistas megafashion a los que les gusta ver el lado salvaje de la vida. No negaré que hay un grupo muy visible de gays que son así, pero en relidad som muchos más los heteros que son así, y nadie les considera un lobby. Por supuesto a esos hetero megafashion les parece superguayquetecagas todo lo nuevo, y lo nuevo era tener un amigo gay y que te invitara a su boda. Lo digo por experiencia personal, en mi boda tuve esa sensación con más de uno. 
Entonces, ¿para qué casarnos? Si lo que queremos es follar con otros tíos, eso lo hemos hecho siempre, y sin nungún problema en los últimos 30 años. ¿No será que queremos a nuestras parejas para algo más que follar? ¿No será que QUEREMOS a nuestras parejas? ¿No será que, simplemente, queremos comportarnos como cualquier otra pareja sin que pase nada o te miren de forma rara?
Yo no sé si los heteros sólo quieren a sus parejas para follar y/o tener hijos (táchese lo que no proceda), pero yo, por lo menos, no. Yo quiero a mi pareja para todo, para compartir mi vida con él, como se supone que lo hace cualquier otra pareja. Todos tenemos vida pública y vida privada. Por supuesto que en el ámbito privado cada uno hace lo que quiere y no le importa a nadie, !faltaría más!, pero tambíen hay un ámbito público, de relacionarse con otras personas, la familia, los amigos, los compañeros de trabajo... y parece que a algunos le molesta que yo quiera que mi pareja forme parte de esos ámbitos. Imagino que esas personas, si son coherentes con lo que piensan, no presentarán a sus esposas a sus amigos, ni le dirán a su familia que se casan, total a nadie le importa con quién follen y quién sea el padre/madre de sus hijos, ¿no?
Además es que no me lo creo. No me creo que haya personas que piensen que la finalidad del sexo sea la reproducción y punto. Por mucho que lo digan, si hasta los curas son incapaces de refrenar sus impulsos sexuales, si en los conventos de monjas en los que se hacen excavaciones se encuentran muchas veces pequeños esqueletos de fetos enterrados, si ni su propia jerarquía se lo cree, me gustaría saber por qué se sigue transmitiendo ese mensaje inamovible, monolítico, acerca del sexo, cuando luego por detrás cada uno hace lo que quiere.
A lo mejor es eso. A lo mejor lo que les jode es que gente como los gays, que siempre hemos tenido que disimular como parece que hacen ellos, hayamos conseguido la posibilidad de no tener que disimular nada, y encima tener el apoyo del gobierno, mientras que a ellos les sigue asfixiando su ideología. Pobre ideología es esa que no te deja ser como eres.

sábado, 3 de enero de 2009

Con la iglesia hemos topado...

Hace pocos días, en lo que amenaza con convertirse en un evento anual de exaltación católica, hemos asistido al esperpento de la jornada/misa/manifestación que la iglesia católica organiza "en defensa de las familias" y los valores cristianos, al menos tal y como ellos entienden el cristianismo. En lo que se pretende que sea una demostración de poderío, la jerarquía episcopal española, con Rouco a la cabeza, reúne a miles de personas en Madrid para celebrar una misa al aire libre y de paso obtener unos cuantos minutos de televisión en prime time para difundir su mensaje.
Nada tiene esto de nuevo, todos conocemos de sobra la postura de la iglesia acerca del aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo o la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Según la iglesia, elementos que pervierten a la moral y que destruyen a las familias como entidad indisoluble. 
Obviamente, nada hay más contrario a la lógica que la religión. Si partimos del hecho de que el catolicismo se basa en unos textos, los evangelios canónicos, supuestamente escritos bajo la inspiración divina, que narran la historia del supuesto hijo de Dios, que además nació del vientre de una virgen, que siguió siendo virgen tras el parto y que además se quedó embarazada sin conocer varón, nos vemos obligados a desconectar la parte racional y lógica de nuestro cerebro si queremos sumergirnos en su doctrina. 
Desde esta óptica resulta curioso que la iglesia pretenda utilizar argumentos lógicos para defender sus tesis. Muy débiles deben ser los cimientos de la fe de los propios dirigentes cuando necesitan "explicarse". De acuerdo con su propia naturaleza, Dios no necesita de explicaciones, y sus ministros tampoco deberían recurrir a la "ley natural" u otras falacias para justificarse. Si se supone que Dios habla por su boca, o al menos que ellos son los intérpretes autorizados para enunciar la voluntad divina, no es necesario que recurran a justificaciones mundanas para dar más credibilidad a sus argumentos, a no ser que éstos no sean tan "divinos" como nos quieren vender, o que ellos mismos no estén convencidos de lo que dicen. 
¿Y qué hay de poco convincente en los argumentos eclesiásticos en contra de, por ejemplo, el matrimonio gay? ¿Cuál es el problema real que esto supone para la iglesia? Dado que sus previsiones apocalípticas no se han cumplido, que las familias en general siguen gozando de buena salud y que la sociedad tal y como la conocemos no tiene trazas de ir a acabarse en breve (al menos no por las causas que ellos dicen) debe haber otros motivos para que el hecho de que dos hombre o dos mujeres puedan casarse provoque una reacción tan violenta y agresiva. Intentaré analizar algunas de las que yo creo son causas ocultas que subyacen bajo todo esto.
Creo que si  la homosexualidad se ve como algo normal en la sociedad, la iglesia pierde un enemigo. La gente podría ver que hay formas alternativas de vivir que son moralmente tan aceptables como las propugnadas por ellos. Además, no olvidemos que tradicionalmente la homosexualidad masculina (porque, como en otras muchas cosas, para la iglesia en esto parece que las mujeres no existen) ha sido una vía por la que la iglesia ha reclutado sacerdotes. Es una vía fácil y cómoda, que no obliga a casarse con una mujer, que justifica la soltería a perpetuidad y permite llevar una "doble vida" muy discreta. Es decir, la iglesia tiene miedo de perder el monopolio sobre el magisterio moral que ha ostentado durante tantos años. 
Pero, ¿no hace ya mucho que han perdido ese monopolio? ¿Es España un país católico, o un país de tradición católica, que es algo muy diferente? Cuando ni el 20% de la población se considera católico practicante, cuando la mayoría de la gente sólo recurre a ellos para bodas, bautizos, comuniones y entierros,  más como justificación de una reunión social que otra cosa, cuando incluso entre los creyentes se presta más atención a los rituales y las ceremonias que a la filosofía subyacente en la religión católica, está claro que algo va muy mal para ellos. Por mucho que griten y hagan aspavientos, por mucho que se refugien en una postura ultraconservadora, la sociedad ha seguido y seguirá su camino evolutivo sin ellos. Puede que dentro de 50 o 100 años, que es lo que la iglesia suele tardar en reaccionar, veamos cambios, pero quizá sea demasiado tarde para ellos.