viernes, 4 de diciembre de 2009

Oportunidad perdida

Se ha armado la gorda, como era de esperar, con la ocurrencia de incluir en la futura ley de "economía sostenible" (que más bien debería llamarse "ley cajón de sastre para que parezca que hacemos algo") de la posibilidad de desactivar webs en las que se facilite el acceso a contenido protegido por derechos de autor sin la intervención de un juez.

El problema con la industria del entretenimiento y la información no es nuevo en realidad. Ha pasado algo similar en todos y cada uno de los sectores que han tenido que reconvertirse. Los empresarios no han sabido o no han querido hacerlo, y la solución fácil ha sido cerrar y mandar a la gente al paro. Me gustaría que quedara claro que  no soy de los que dicen que la cultura es gratuita y que los derechos de autor no existen. Creo que los autores tienen todo el derecho del mundo a cobrar por su trabajo, y a decidir cuánto y cómo quieren cobrar. Sin embargo, creo que las multinacionales discográficas y las grandes productoras audiovisuales les están utilizando para tratar de mantener un modelo de negocio que agoniza. ¿De verdad piensan que si consiguieran cerrar todas y cada una de las páginas de intercambio, descarga o streaming, los cines se iban a volver a llenar y los CDs volverían a venderse como churros? Quieren obligar a los usuarios a comprar un CD, meterlo en su ordenador, convertirlo a MP3 y luego cargárselo en su iPod porque se niegan a reconocer que ese sistema de distribución ya no es válido para la mayoría de la gente. Por supuesto que habrá gente que siga comprando CDs, igual que ahora hay todo un movimiento de recuperación de la edición en vinilo porque a muchos les gusta su particular sonoridad, pero no se puede remar contra corriente.

La cuestión es que la solución está inventada (véase Spotify, como uno de cientos de ejemplos), pero o los responsables de marketing de estas empresas son idiotas o están cagados de miedo de que en el proceso de reconversión su cabeza salga volando. Internet es un canal nuevo de comunicación que requiere adaptación. No es verdad que en Internet todo sea gratis, sino que proporciona al usuario la capacidad de elegir lo que quiere ver, leer o escuchar. Quizá eso suponga el final de los "discos" tal y como los conocemos, quizá las películas tengan que grabarse directamente en video digital, pero sea como sea tendrán que pasar por el aro, ya que es una demanda masiva de los consumidores. Por mucho que quieran, no podrán obligar a los consumidores a hacerlo de la manera que ellos quieran. Ésa es la revolución de internet: los responsables de marketing están tan acostumbrados a manipular a los consumidores como quieren que cuando un medio se les resiste, en lugar de adaptarse intentan pelear contra él. Que no se enteran.

1 comentario:

  1. ¡Hola Alpha!
    En estos tiempos de Adviento para pensarmos:

    http://www.youtube.com/watch?v=eVqqj1v-ZBU

    Feliz Navidad y un Buen Año Nuevo!
    Abrazos,
    Marcos Tatsuo

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