sábado, 5 de febrero de 2011

Discriminación, trabajo, VIH y sanidad. Vaya cóctel.

Como llevo muchos posts seguidos hablando de marketing y redes sociales, hoy he decidido cambiar de tema  y ponerme reivindicativo.

Se ha hablado mucho sobre VIH y discriminación. Yo la he sufrido en primera persona en el ámbito laboral, y no por mis jefes (o no solamente) sino sobre todo por mis propios compañeros de trabajo, para ser justos algunos de ellos. Dos ejemplos:

Caso 1: Una compañera de una empresa en la que trabajé y yo ocupaba el puesto de jefe de área. En la empresa corría el rumor de que yo era seropositivo, porque yo se lo había contado al jefe. Consideré que era lo que debía hacer y no me arrepiento de ello. El problema es que el propio jefe se encargo de contarlo en plan "no se lo digas a nadie" y al cabo de un mes lo sabían hasta mis compañeros de la central en Barcelona, muchos de ellos sin conocerme de nada. No me hubiera importado lo más mínimo porque siempre he sido transparente en ese aspecto. El caso es que la "compañera", un nuevo fichaje más o menos estrella, pasa unos días de training conmigo. El segundo día, tomando café, me dice que si me puede hacer una pregunta personal. Le respondo que sí y me dice "que ha oído por ahí que yo estoy muy enfermo" y que si es cierto. Le explico que no estoy enfermo, sólo soy seropositivo, y que mi salud es igual de buena que la suya. Ahí queda la cosa, hasta que una semana más tarde me entero que le ha propuesto al jefe quedarse con mi puesto   porque cree que está mas capacitada que yo "dado mi estado de salud" y que "cualquier día les puedo dar un disgusto". Traduciendo: que como me voy a morir, mejor que le den mi puesto a ella. Afortunadamente no lo hicieron, pero tampoco la despidieron (yo lo habría hecho).

Caso 2: Un par de años más tarde, trabajando como director comercial. Fichamos a un nuevo comercial que desde el principio tiene una actitud beligerante conmigo que me resulta muy extraña. Al poco tiempo, cuando le dicen que una vez por semana tengo que acompañarle en su trabajo, sencillamente ¡se despide! sin decirme ni mu, mandando un correo electrónico a la empresa diciendo "que no está dispuesto a trabajar conmigo". Después me entero que la decisión la tomó al enterarse de mi condición de seropositivo.

Lamentablemente, todavía hay un porcentaje muy importante de la población que piensa que "por si acaso" mejor no mezclarse con seropositivos, no vaya a ser que se descubra una nueva vía de contagio, por ejemplo un estornudo. Da mucha rabia no poder defenderse  en esos casos y explicarles que si alguien corre riesgos en su salud por interaccionar de forma normal con otras personas, ese alguien soy yo, que soy el inmunodeprimido, no ellos. Lo más doloroso, sin embargo, es la discriminicación generalizada y sistemática que se da en el ámbito sanitario. Cuento varios casos que me han ocurrido a mí:

Caso 3: Revisión en consulta de ORL por una sinusitis. Me tienen que meter una sonda de fibra óptica por la nariz. El médico llega, se pone unos guantes y va a ponerse manos a la obra cuando ve el volante del médico. que me ha remitido allí. Alguien (no sé quién) ha escrito VIH en rojo y dentro de un círculo. El médico lo mira, se disculpa, sale de la habitación...y vuelve vestido de astronauta: Dos pares de guantes, gafas, bata desechable y mascarilla.

Caso 4: Mi médico de cabecera se traslada a otra plaza. Su sustituta, la primera vez que me ve, mira mi historial y ve que soy seropositivo. Se pone nerviosa  y me dice "emmm... bueno supongo que esto será por sexo, ¿no? Es que no tienes pinta....bueno, ya sabes. Qué lástima, un chico tan joven" Le monto un cirio y solicito el cambio de médico.

Caso 5: Me operan de un quiste en una fosa nasal. Es una operación de cirugía sin ingreso pero con anestesia general. Me citan a las 8 de la mañana. Me meten en una camilla y al rato llega una enfermera. En la ficha que lleva está escrito VIH en rojo dentro de un círculo. Mi acompañante lo ve y le pregunta el motivo. La enfermera se deshace en disculpas, dice que no lo ha escrito ella y que lo va a cambiar. Vuelve al rato y me comunica que "por protocolo" me toca ser operado el último, ya que después de operarme tienen que hacer una "desinfección especial" del quirófano. Sé de buena tinta que tal protocolo no existe, y que las precauciones y la desinfección de un quirófano son siempre las mismas en todos los casos, ya que la prueba de VIH no forma parte de las pruebas de preoperatorio, por lo que realmente no pueden saber si la prsona que están operando es una persona seropositiva no diagnosticada. Resultado: me operan a las dos de la tarde.

Como estos, hay cientos, si no miles de casos en todos los hospitales del país. Enfermeras con ataques de histeria por haberse manchado la mano con una gota de sangre. Enfermeros/as en prácticas que tiemblan como una hoja cuando tienen que pincharte. Retrasos sistemáticos en pruebas diagnósticas y operaciones. Negativas a operar en clínicas privadas "porque no tenemos el equipo adecuado para tu caso". Dentistas que se niegan a hacer un empaste...y la lista se hace interminable.

A mí, personalmente, me afecta poco porque a estas alturas no vacilo en cantarle las cuarenta a quien sea necesario.El problema es que no todo el mundo que es seropositivo lo lleva igual, y necesitas tener los nervios muy templados para que esas actitudes no te afecten. Para una persona con un diagnóstico reciente, encontrarse con supuestos profesionales sanitarios que se dejan llevar por el miedo y adoptan precauciones exageradas y que no están en los protocolos puede tener un efecto psicológico devastador. ¿Cómo vamos a conseguir convencer a la sociedad de que no somos apestados, si en el ámbito sanitario muchas veces nos hacen sentir así?

3 comentarios:

  1. De primero felicitarte por hacer valer tus derechos como persona ante tanta "paranoia" y "terror" de la gente ante situaciones como ésta. Sólo un breve apunte como trabajador de sanidad. Si hay protocolos de actuación con enfermos de vih, seropositivos, pero también con hepatitis y cualquier otro proceso infeccioso y contagioso, aunque sea un simple herpes. Anotarlo en la historia clínica, (en rojo si, pero tambíen las alergias se apuntan así), dejar para última hora las intervenciones (hay que esterilizar dos veces el material usado, haya habido sangre o no), protegerse con dos pares de guantes, uno mas grueso "por si hay pinchazos" etc. Protocolos para proteger al personal sanitario y que no haya infecciones cruzadas(contagiar a terceros). La cuestión está en que todo ésto lo puedes hacer con tacto o a lo burro, y por desgracia en muchas ocasiones es lo segundo. Como personal sanitario debemos protegernos nosotros y a los demás, pero a veces olvidamos que no sólo hay que proteger fisicamente sino también la dignidad e integridad de las personas tratadas. Desde aquí felicitarte por hacerte valer como persona y anímos en ésta cruzada, porque parece mentira que con toda la información de la que disponemos, el miedo aun siga siendo el rey.

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  2. Tenía constancia de que existe ignorancia y miedos estúpidos en mucha gente, pero nunca me hubiese imaginado que en el sector sanitario ocurra lo mismo, tratandose de gente que debería conocer un poco el medio.

    Es deprimente la desinformación que existe sobre el VIH.

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  3. Admirable tu forma de afrontar la situación, todavía no hay información sobre el asunto. Decirte que tu si has logrado asimilar tu estado y templar tus nervios ante situaciones como la que describes, he tenido una relación con una persona con VIH sin asimilarlo y todo lo que conlleva son problemas a él y a la relación, ha sido imposible continuar con la relación, hoy acabó todo

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