lunes, 24 de enero de 2011

La Ley Sinde y las reglas del mercado: Muchas preguntas sin respuesta

Parece que sí, que PP y PSOE se han puesto de acuerdo para aprobar la Ley Sinde con algunas modificaciones. Y se ha hecho el caos en internet, que a esta hora es un hervidero de tweets, posts, críticas más o menos constructivas (o no) y lamentos desesperados. El caso que es parece que la llamada 'industria cultural' se va a salir con la suya, y lo que es más importante, hurtándonos el que yo creo que es el principal debate. Nos hemos lanzado todos a criticar la ley (con razón), a argumentar en su contra, a poner más o menos verdes a los políticos y a la SGAE, pero son mucho más escasas las reflexiones sobre una realidad imparable, aunque incómoda para la industria: el cambio de hábitos de consumo de los contenidos culturales.

Venimos de un modelo en el que las grandes empresas mandaban. Ellos decidían qué teníamos que escuchar, qué películas teníamos que ver y quiénes debían ser nuestros ídolos.Y por supuesto, cuánto teníamos que pagar por ello. Tanto era así que los creadores que se salían del circuito comercial al uso no tenían más remedio que asumir que estaban condenados a no llegar al gran público, dado que no contaban con canales de distribución suficientemente potentes para ello.

Si algo ha quedado claro con el debate de la Ley Sinde, es que los defensores del "todo gratis" son muchos menos de lo que nos quieren hacer creer. El problema es económico, pero no por el dinero que supuestamente la industria deja de ganar por la piratería (que no dudo que exista, pero sin duda las cifras son menores de lo que dicen, ya que asumen que los contenidos que se descargan se iban a transformar automáticamente en ventas, y no es así) sino por el coste que tiene para ellos reconvertirse a un esquema de negocio diferente para el que a todas luces no están preparados. Resistencia al cambio pura y dura, revestida de hipocresía, porque no dudo de que tengan muy buenos expertos en marketing, y hasta un estudiante novato sabe que en productos de gran consumo las tendencias de mercado son prácticamente imposibles de cambiar. Así que me surgen una serie de cuestiones que no parece que nadie tenga interés en responder.


  •  ¿De verdad alguien cree que las ventas de CD y DVD, formatos moribundos ambos, van a repuntar? Lo mismo vale para la asistencia a las salas de cine. 
  • Se argumenta que el negocio de los contenidos online no prospera por la falta de seguridad jurídica, dada la competencia desleal del "todo gratis". En ese caso, iTunes, Spotify y tantos otros deberían haber cerrado ya hace bastante. 
  • Los consumidores de televisión están cambiando muy rápidamente sus hábitos. ¿Por qué tengo que ver mi serie favorita a la hora y el día que los programadores quieran? ¿Dónde está la alternativa legal y asequible a páginas como Series Yonkis?
  • Un aspecto nada desdeñable de las descargas en internet es la posibilidad de acceso a contenidos descatalogados que no son accesibles por ningún otro medio porque han dejado de ser negocio. ¿Me garantizan las productoras el acceso libre a ese material?
  • Una gran parte del material al que se accede por las webs llamadas 'piratas' es de muy mala calidad, con defectos en el sonido o la imagen. El problema es que NO hay disponible una alternativa de pago que me permita ver una película de estreno en casa.
  • Las multinacionales del entretenimiento aún no se han puesto de acuerdo para poner sus catálogos a disposición del público de forma conjunta y armonizada, y no parece que estén por la labor de hacerlo. ¿Tendré que buscar en 17 sitios, o pagar 17 cuotas diferentes para poder ver cualquier película o serie?
  • Si el mercado te obliga a vender más barato, tienes que compensarlo vendiendo más. Parece que a muchos "creadores" eso les da pánico. Ellos sabrán por qué.
  • Si la crisis se prolonga mucho más, la revisión de toda la política cultural de todas las administraciones será inevitable. Veremos que pasa cuando mucha gente que no está acostumbrada a competir ni a las reglas del mercado tenga que hacerlo. 
En fin, probablemente no esté aportando nada nuevo, pero he creído que estaría bien compartir estas dudas que me corroen. 

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