lunes, 12 de abril de 2010

Cosas que no estamos resolviendo (1): La energía eléctrica.

El crecimiento económico y todo nuestro sistema de vida se basa en el aumento constante del consumo energético. El consumo energético en España creció hasta 2008 a un ritmo superior al 3%  anual, alcanzando un incremento del 60% entre 1990 y 2003. La crisis ha hecho descender levemente el consumo eléctrico, pero es de esperar que la recuperación económica suponga también el incremento de la demanda energética a niveles similares a los anteriores.

El despliegue de nuevas redes de transporte público (especialmente la red de AVE más grande del mundo), previsiblemente supondrá un incremento mucho mayor de la demanda de consumo eléctrico en los próximos años.

Estamos acostumbrados al uso de energía barata y constante. La sociedad de la información en la que vivimos no sería posible sin un suministro constante y eficaz de electricidad. Todo esto plantea una serie de problemas, algunos de muy difícil solución  sin tomar medidas políticas radicales e impopulares. Veamos:

1. La demanda de electricidad, dado que estamos entrando en la curva descendente de la producción de petróleo, va a incrementarse todavía más conforme el coche eléctrico empiece a implantarse y generalizarse (algo que ocurrirá dentro de los próximos 10 a 15 años).

2. El desarrollo de las TIC exige que el suministro de electricidad esté garantizado y sea constante.

3. El calentamiento global y la radicalización esperable del clima incrementarán significativamente la demanda, tanto en invierno como en verano, y además puede dificultar seriamente el uso de algunas energías como la hidroeléctrica cuando se produzcan (que se producirán) largos periodos de sequía.

4. El progresivo agotamiento de los combustibles fósiles, su encarecimiento como consecuencia de ello y la necesidad de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, dificultarán mucho el establecimiento de nuevas centrales térmicas.

5. Producir toda la energía que necesitamos hoy en día a partir de fuentes renovables exclusivamente sólo es posible en teoría. Todas las fuentes de energía renovables, excepto la geotérmica y la biomasa (en ambos casos puramente testimoniales) fluctúan según las condiciones climatológicas. No hace viento siempre, ni desde luego cuando se necesita. No hace sol por la noche. No se han desarrollado sistemas eficientes para almacenar la energía sobrante que puede producirse de forma renovable y utilizarla cuando se necesite. Al menos, no hay ningún sistema de almacenamiento a gran escala.

6. A pesar de la progresiva mejora en la eficiencia de los aparatos eléctricos, nuestro consumo per cápita sigue creciendo, debido a que cada vez incorporamos más aparatos y sistemas eléctricos a nuestra vida diaria. Los grandes consumidores industriales no lo tienen tan fácil para mejorar su eficiencia, y además tienen el mismo problema: la demanda de los productos que fabrican crece de tal manera que literalmente se come cualquier ahorro fruto de la mejora en la eficiencia. Y esto no ha hecho más que empezar, ya que el petróleo va a empezar a ser sustituido como fuente de energía principal por la electricidad. Necesitamos el petróleo para la fabricación de plásticos y compuestos sintéticos imprescindibles para nuestra civilización, y no nos podemos permitir el lujo de quemarlo para obtener energía de él.

7. Sumémosle a esto el hecho de que las economías emergentes, principalmente China, India y Brasil, van a añadir unos 300 millones de personas de "clase media" en los próximos 10 años. Eso es un país como Estados Unidos, con el consumo de Estados Unidos, en una década.

8. El gas natural, que es la apuesta española para sustituir al petróleo, está en manos de estados tan "estables" como Argelia, Libia y Rusia. Ya hemos visto como a Rusia (el gran suministrador del resto de Europa) no le ha temblado el pulso para cerrar el grifo en pleno invierno por razones político-económicas. Por cierto, la célula islamista responsable de los atentados del 11-M en Madrid era argelina. Más o menos lo mismo que les pasa a los Estados Unidos con Arabia Saudí y el petróleo. Cada vez que ponemos en marcha la calefacción ,es posible que algunos euros de nuestra factura del gas se dediquen a financiar a los terroristas que van a seguir intentando volar el metro o los trenes de nuestras ciudades.

9. Las nucleares. En España estamos desmantelándolas, al tiempo que importamos electricidad de Francia, donde el 75% de la electricidad se produce en centrales nucleares. Evidentemente, las nucleares generan unos residuos costosísimos de manejar y de almacenar, son muy caras de construir y mantener y además el uranio no es renovable. Las nucleares podrían salvarnos la cara durante 50 o 60 años, y posiblemente serán, para nuestra desgracia, la opción que los gobiernos europeos acabarán presentándonos como la única viable.

La pregunta ante el panorama energético es: ¿No hay otra salida? ¿Estamos abocados a un sistema energético basado en la energía nuclear y con un porcentaje de renovables?

Probablemente no. Creo que puede haber un sistema mucho más democrático, que evidentemente implicaría algunos cambios en nuestra forma de vida: pasar de un sistema centralizado de generación eléctríca (unos pocos generan en instalaciones muy potentes y un sistema de distribución la lleva a todas partes) a un sistema distribuido, en el que la electricidad se genera en el mismo lugar en el que se va a consumir. Los sistemas solares y eólicos domésticos se han demostrado viables para proporcionar energía a un hogar medio usando baterías durante los periodos de menos producción. ¿Acaso no es concebible un sistema de producción eléctrica en el que cada comunidad de vecinos gestiona sus propios paneles solares, o en el que cada pueblo o ciudad gestiona sus aerogeneradores o centrales de biomasa? Quizá eso implique que tengamos que reducir significativamente nuestro consumo nocturno, pero podría ser viable. El problema: Las todopoderosas empresas eléctricas no están dispuestas a que les quiten a millones de clientes cautivos tan fácilmente. En la actualidad montarse una granja solar doméstica implica una cantidad de permisos, burocracias, papeleos y trabas legales más que desalentadores. No digamos si quiero montarme un aerogenerador en el tejado de mi edificio. Como siempre, es una cuestion de voluntad política, y como siempre, los ciudadanos nos ovidamos de que los políticos están ahí porque nosotros les hemos votado, y que somos nosotros, el pueblo, donde reside la soberanía. Habrá que esperar a que nos quieran montar una central nuclear en la puerta de cas para que espabilemos, al menos eso me temo.

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