lunes, 17 de noviembre de 2008

Escépticos sí, no maleducados

He estado haciendo sufrir a mis neuronas en un paseo por las webs ocultistas y conspiranoicas y por sus correspondientes antagonistas, las webs de escépticos que analizan y desmontan los supuestos "misterios paranormales" y otras hierbas. Digo lo de hacer sufrir porque, si las primeras cuestan bastante de digerir a según que horas y se parecen sospechosamente a una colección de fantasías (al menos, en muchos casos), las webs escépticas en general, o por lo  menos la mayoría de las que yo he leído, caen demasiado a menudo en el insulto fácil o el descrédito personal.
Creo que uno puede ser escéptico y no por ello ser maleducado. Las opiniones de la gente, mientras sólo sean eso, opiniones, merecen ser respetadas. Y no digamos las creencias. Que millones de personas en el mundo crean en algo no lo convierte en verdad, ni mucho menos, ni exento de la crítica o el análisis racional, pero el campo de la creencia y de la fe personal merece el mayor de los respetos por aquellos que no compartimos esa fe. 
Siempre he dicho que no tengo fe, pero que ojalá la tuviera. Muchos de los enigmas sin solución la tendrían a través de la fe, pero ¡ay! lo que no se tiene no se tiene, y yo de momento sigo preocupándome más por el mundo real que por el irreal, por lo que es más que por lo que podría ser.
Creo que la gran mayoría de las cosas que se dicen en las webs escépticas suponen explicaciones convincentes y muy terrenales de supuestos fenómenos "extraños". La razón está de su parte... pero esto parece que no es suficiente, porque la tónica general es la descalificación, no sólo del supuesto fenómeno o teoría, sino de los que los difunden e investigan. Los calificativos que más he leído: "gilipolleces", "chorradas", "bobadas", "tonterías"... además de la descalificación personal, cuando no el insulto, de los investigadores más mediáticos, a los que se ridiculiza desde por su corte de pelo hasta por la forma de vestir.
Lo grave es que no se trata de webs cualquiera o de autores cualquiera los que escriben esto, se trata en algunos casos de investigadores o divulgadores científicos muy serios, dirigentes de asociaciones escépticas, etc. Me parece una lástima que se pierdan las formas ya que, sencillamente, no hace ninguna falta. Lo que hace falta es ser lo suficientemente didácticos no para convencer a los creyentes (yo conozco a muchos y por más horas que me he pasado razonando jamás ha habido el menor atisbo de convencimiento en ninguno de ellos), sino para difundir el pensamiento crítico y escéptico entre los no creyentes o los indiferentes, para que las herramientas que nos permiten detectar las falacias y no hacerles caso sean herramientas difundidas y no desprestigiadas.

Es mucho más divertido practicar la ironía (y bastante más elegante) que caer en la descalificación fácil. Creo que se puede hablar de "teorías sin fundamento" o "creencias no apoyadas por la experiencia" en lugar de "chorradas" y "tonterías". El significado final es el mismo, pero la forma en la que se transmite el mensaje es radicalmente diferente.
¿El pensamiento escéptico está desprestigiado? Bueno, no tengo un estudio sociológico o una encuesta que lo demuestre, pero creo que sí. Mucha gente se siente agredida por la crítica, no ya hablando de fenómenos paranormales, sino la crítica en general. Se considera que criticar algo abiertamente es "negativo", cuando la crítica es lo que hace avanzar el pensamiento. Si alguien no se atreviera de vez en cuando a criticar los dogmas y buscar dónde fallan, todo nuestro conocimiento científico y nuestra tecnología no existirían. Reconozco que la frontera entre crítica y descalificación es a veces difusa, pero la crítica que busca exponer argumentos alternativos y razonamientos basados en la lógica no debería molestar a nadie. Sin embargo, hemos sustituido poco a poco ese tipo de crítica por el chascarrillo o el comentario despectivo, este sí bien recibido por lo que tiene de espectáculo. Un ejemplo: en una reunión del comité directivo de una empresa, en la que se está definiendo un plan estratégico, las críticas buscando los puntos débiles de dicha estrategia son recibidas como "negatividad", "falta de dinamismo", "inmovilismo".... pero si te tragas tus opiniones y luego te vas a comer con tus compañeros y pones verde al jefe por llevar un traje horroroso, todo el mundo se toma a bien esas críticas.
El resultado: los programas televisivos de cotilleo cosechan audiencias millonarias y para ver un programa decente sobre ciencia hay que abonarse a un canal digital...

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