jueves, 23 de octubre de 2008

Ciencia vs espiritualidad: Una falsa dicotomía

A pesar de ser un firme defensor del pensamiento crítico, existe una corriente cada vez más extendida en los círculos escépticos que parece negar la realidad espiritual. El espíritu, lo inmaterial, no existe más que en la mente y la imaginación, y por tanto se equipara a una "superstición" más.
He leído muchos escritos escépticos dedicados a ese tema, a la negación del misticismo y la existencia misma de la trascendencia, y por extensión, de Dios.
No soy creyente (ni en la fe católica ni en ninguna otra), precisamente porque carezco de la fe suficiente para experimentar la "iluminación" de la que hablan los místicos. Pero lo cortés no quita lo valiente, y que no crea en algo no significa que niegue  la existencia de una vertiente espiritual en los seres humanos. 
Siempre me ha precido fascinante la mística desde el punto de vista filosófico. Defiendo la filosofía como fuente de conocimiento más allá de lo puramente tangible, y creo que hay muchos elementos interesantes en la mística de diversas religiones, algunos de ellos elementos asombrosamente modernos.
No soy un estudioso del tema, pero encuentro fascinante la mística asociada con la cábala judía, por ejemplo, especialmente la contenida en el Sepher Yezirah y el Zohar. En pocas palabras, esta corriente del judaísmo, con gran desarrollo en la Edad Media, intepreta los textos bíblicos, especialmente la Torá (los cinco primeros libros del Antiguo Testamento cristiano) en clave simbólica y no literal. Para los estudiosos del Zohar, Dios y el hombre tienen una relación profunda y se influyen el uno al otro. Los místicos cabalistas afirman que el cuerpo de Dios, representado en el árbol de las sefirot, tiene un componente femenino y un componente sexual, además de otros, y que las acciones humanas negativas rompen el equilibrio entre los diferentes componentes del cuerpo divino. Es decir, que Dios se ve afectado por los actos humanos. De ahí surgen conclusiones "religiosas" sobre normas de conducta y búsqueda de la santidad, algo que ya me interesa bastante menos, pero hay ideas muy interesantes. Ahí van algunas:
- El Diluvio Universal, no es un hecho del pasado, sino que está sucediendo en este momento, y si no nos damos cuenta es porque en realidad nos estamos "ahogando". Un bonito simbolismo.
-No fue Dios el que expulsó a Adán y Eva del paraíso, sino que fueron ellos los que expulsaron a Dios al caer en el mal. Es decir, el paraíso terrenal es el mundo en el que vivimos, eso si corrompido por la maldad de los hombres. 
Hay otros muchos temas,  pero creo que requieren demasiado tiempo para explicarlos y yo no he llegado a comprenderlos del todo. Pero me gusta la idea de ese Dios en relación directa con el hombre y afectado o "desequilibrado" por las malas acciones.
Además, esta mística influyó mucho en la filosofía moderna, desde Ramón Llull a Newton o Leibniz, algunos de los padres del pensamiento científico moderno.
Me preocupa el progresivo divorcio entre filosofía y ciencia. En su origen, fueron una misma cosa, y los científicos del siglo XVI y XVII, los "padres" del método científico actual, eran también filósofos. Tenían ambas vertientes, y para ellos la ciencia es la consecuencia natural de la filosofía, sobre todo de la epistemología o filosofía del conocimiento. La búsqueda de la verdad más allá de los dogmas de fe, el interés por explorar los límites del conocimiento, el querer saber qué es lo que podemos conocer con el intelecto, dieron lugar al desarrollo de la metodología científica moderna, y esto parece que ha sido olvidado por muchos científicos. 
Sin ir más lejos, la física de partículas, el conocimiento de la estructura íntima de la materia, es una disciplina "fronteriza" con la filosofía e incluso, por qué no, con la mística. Quizá se  deba a que en las tecnificadas universidades de hoy casi no hay profesores que enseñen filosofía de la ciencia a los alumnos de carreras científicas, algo que debería ser materia troncal en todos estos estudios y que ha sido marginado por no ser un conocimiento aplicado. 
Así nos encontramos con una visión utilitaria de la ciencia, que prima sobre todo las investigaciones aplicadas con resultados rápidos y aplicables inmediatamente y margina a la ciencia básica. A su vez, los científicos que hacen ciencia básica no hacen el esfuerzo didáctico que deberían, no transmiten la fascinación por el conocimiento fundamental como el motor de todo el conocimiento científico aplicado. Los gobiernos ya no invierten en ciencia, sino en I+D+i, olvidando que la una es imposible sin la otra, del mismo modo que un edificio no se sostiene sin cimientos.
Resultado: la ciencia se ve como algo contrapuesto a la espiritualidad, tanto por los defensores a ultranza del conocimiento científico como único posible (como si el conocimiento filosófico no lo fuera), como por los defensores de la espiritualidad mal entendida que ven a la ciencia como un enemigo. Y eso es caldo de cultivo para el engaño, para el misticismo sin fundamento, para la filosofía "new age" que toma sólo lo que le interesa de las religiones y del misticismo en un cóctel poco coherente y sin fundamentos claros. 
Entiendo que a un científico le rechinen los dientes cuando oyen cosas como "el poder curativo de los cristales" o las técnicas de "sanación". Pero en lugar de hacer un esfuerzo por llevar a estas personas a las fuentes del conocimiento, por mostrarles el camino que ha llevado al conocimiento a ser lo que hoy es, la postura de la ciencia es muchas veces despreciativa y ofensiva hacia las personas que profesan esas creencias. Lo cual a su vez redunda en que esas personas se sientan agredidas y se aparten todavía más del conocimiento racional para echarse en brazos de filosofías que, muchas veces, son simplemente charlatanería barata.
Y es que a veces, aún hoy, el sueño de la razón sigue produciendo monstruos.

1 comentario:

  1. querido javi alpha, como bien recuerdas "el sueño de la razón engendra monstruos" y aunque es cierto que en sus orígenes la filosofía, la espiritualidad y el conocimiento científico eran una misma cosa, ya los derroteros que sigue cada disciplina cada día se separan más, ¿es eso bueno? pues no sé, quizá sea el resultado de su desarrollo histórico, Newton creía en un Universo armónico y divino y hoy sería extraño que, digamos por ejemplo, Hawking avalase su idea del Cosmos con una visión de un Dios creador similar; grandes filósofos, cruciales en el pensamiento europeo como Descartes o Kant, demostraron "racionalmente" la existencia del Dios cristiano en que creían, sería difícil imaginar a los filósofos existencialistas, por ejemplo o a los analiticos, entregados a una fe similar... pero no todo es blanco o negro y aunque creo que no es bueno mezclar (o confundir) espiritualidad (o religiosidad, como guste) con filosofía ni elaborar una ciencia sesgada por concepciones morales (el creacionismo, que niega a Darwin, existe) sí intuyo que hay un terreno en el que pueden haber intersecciones entre ciencia, filosofía y religión, pero eso ya pertenece, y creo que es mejor así, al dominio interno de la persona, al camino que le conduzca en su sabiduría

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