lunes, 10 de octubre de 2011

Otro mundo es seguro

La frase no es mía, sino que se la he oído a José Luis Sampedro en una entrevista. Y me parece que tiene toda la razón.

Creo que todavía no somos conscientes del todo de un hecho que me parece incuestionable: El mundo que hemos conocido hasta ahora se está acabando. La crisis global, lejos de ser una causa, es una consecuencia del período de cambio en el que estamos entrando. Nadie tiene la absoluta certeza de cómo será este mundo post-crisis, pero lo que es seguro es que ya nada va a ser igual. Quizá por eso todos los intentos de ponerle fin a la crisis sin cambiar el fondo del asunto están fracasando. No vivimos una crisis coyuntural fruto de las hipotecas basura y la crisis de deuda: Vivimos una crisis sistémica fruto del agotamiento de un sistema que ya no funciona y la adaptación a un sistema nuevo.

¿Hacia qué nueva realidad estamos caminando?

Mi opinión es que asistimos al final del modelo de sociedad competitiva, al menos en el sentido puro y duro de la palabra. Internet ha convertido al mundo en una enorme red social donde es imposible, literalmente, parar el flujo de información en tiempo real. Ese intercambio de información (y por tanto de conocimiento) se produce cada vez más entre personas anónimas, corrientes. Una de las consecuencias de esto es que cada vez hay menos "líderes" mundiales. Desde Obama al Papa, pasando por los gobernantes de los principales países del mundo, se ha acabado la época de los "liderazgos fuertes", pienso que porque en realidad ya no estamos dispuestos a seguir ciegamente a nadie, ya que disponemos de nuestras propias fuentes de información (y por tanto de formación y de opinión) alternativas.

La socialización de internet nos abre el camino de la cooperación entre personas como nueva forma de progreso. Cada vez más buscamos apoyos en nuestra red de contactos sociales, y esa red es cada vez más grande. Internet nos ha abierto la puerta a poder generar conocimiento de forma conjunta a una velocidad que ni podíamos soñar hace tan sólo 5 años. Esa cooperación empieza a contagiarse al mundo real fuera de la Red, en forma de movimientos sociales, de cambio ideológico y de revolución social. Pensemos un poco:

-Cada vez es mayor la desconfianza en los políticos y sus vacíos discursos salvadores.
-Cada vez reclamamos más, pero no en la calle, sino de una forma más eficaz. Las antiguas manifestaciones masivas están siendo sustituidas por el "incendio" en las redes sociales ante una noticia que no nos gusta, algo que en mi opinión es mucho más eficiente y deja más poso que salir a pegar gritos a la calle.
-Nuestra sociedad actual ha pasado el punto de la no sostenibilidad. No nos queda más remedio que cooperar o extinguirnos. No es "ecologismo" en el sentido "salvemos a las ballenas", es ecologismo en el sentido "salvémonos a nosotros mismos".
-El ser humano ha demostrado, a lo largo de la historia, una inmensa capacidad de adaptación. Esa es la gran esperanza, que sepamos adaptarnos a las exigencias de un mundo nuevo, interconectado y solidario. Aunque sea por obligación.




3 comentarios:

  1. "Cada vez reclamamos más, pero no en la calle, sino de una forma más eficaz. Las antiguas manifestaciones masivas están siendo sustituidas por el "incendio" en las redes sociales ante una noticia que no nos gusta, algo que en mi opinión es mucho más eficiente y deja más poso que salir a pegar gritos a la calle"

    El artículo me estaba gustando mucho y pareciendo muy interesante hasta que llegué a este punto. Discrepo totalmente. Sigue siendo muy necesario salir a gritar a la calle. Hay muchísima gente sin acceso a redes sociales, o que teniéndolo no se entera de la mitad de cosas que pasan porque el uso que hacen de ellas es "cotillear las fotos del vecino". Las redes sociales es obvio que cada vez tienen más fuerza, pero ¿qué pasa con los mayores? ¿O con los jóvenes que aún no se meten tanto en temas políticos? Ver a miles de personas en la calle luchando por un mismo fin impacta incluso a las personas analfabetas, ¡que también existen! y también pueden estar en desacuerdo con cosas de su vida, aunque no las puedan expresar por escrito en redes sociales.

    De todas formas me parece un buen artículo. Un saludo

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  2. Gracias por tu comentario. Creo que ambas cosas no son incompatibles, pero desde luego la protesta en redes sociales cada vez tiene más peso, ocupa más espacio en medios de comunicación y sobre todo es más inmediata. Las protestas en Facebook y Twitter se producen en tiempo real, y no olvides que el movimiento 15-M nació en las redes sociales y después se extendió a la calle.

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  3. No hablo de que sean incompatibles, y es innegable la importancia que han tomado las redes sociales. Lo que me parece mal es el comentario de: "es mucho más eficiente y deja más poso que salir a pegar gritos a la calle".
    Lo de "salir a pegar gritos a la calle" (que dicho así parece bastante despectivo) sigue siendo tanto o más importante que antes. Ya que es muy fácil estar en el salón de tu casa escribiendo en un blog sin mover una pestaña, pero donde la gente se une realmente, donde todxs nos volvemos unX, es en la calle! Donde puedes ver caminar al otro a tu lado, y ver y sentir lo mismo que el resto. Gritar en la calle sigue siendo imprecindible.

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