viernes, 21 de octubre de 2011

No me critiques, que me duele.

La actitud crítica parece que está de capa caída en muchos aspectos de la vida, lo que se traslada y se amplifica en las redes sociales.

Facebook y Twitter han introducido un nuevo concepto en nuestras vidas: los seguidores. En teoría, gente a la que le interesa conversar sobre intereses compartidos con la persona a la que siguen. Lamentablemente en muchos casos no es así, y, más que seguidores, cabría hablar de adeptos.

Hay una especie de ley no escrita, sobre todo en Twitter : "Si no estás de acuerdo con lo que pienso, no me sigas". Dado que todo el mundo está obsesionado con ganar seguidores (espero que algún día dejemos de medir a la gente con ese baremo) casi nadie se arriesga a criticar al otro por el miedo a la peor afrenta que te pueden hacer: el unfollow. El resultado: mucho buenrollismo vacío, mucho retweet sin opinión añadida y mucho crujir de dientes y rasgar de vestiduras cuando alguien se atreve a decir "no estoy de acuerdo" o "creo que te equivocas".

La discusión y la crítica son el motor que hace avanzar el conocimiento. Qué clase de intercambio de opiniones puede producirse entre dos personas que están de acuerdo en todo?

Discutir nos obliga a plantear argumentos para tratar de convencer al otro. Es en esa búsqueda de argumentos cuando nosotros mismos podemos darnos cuenta de la solidez (o no) de nuestros planteamientos y compararla con la solidez de los de nuestro interlocutor. Personalmente aprendo de todas las críticas, hasta de las descalificaciones, porque me veo a mí mismo a través de los ojos de otra persona y puedo darme cuenta de que hasta en las críticas más crueles hay algo de verdad (no en los insultos, no soy masoquista)

Por eso defiendo que hay que exponerse y no tener miedo a decir lo que se piensa, incluso con ironía. Que pueden pagarte con la misma moneda? Estupendo, señal de que el otro ha recogido el guante y le interesa discutir contigo. Seguro que los dos acabáis sabiendo cosas que no sabíais antes. Puede eso ser malo?

1 comentario:

  1. Desde mi punto de vista es algo inherente en las personas.

    Da igual si sucede en Internet o en el mundo físico... a cuantos nos han dicho alguna vez "valoro las personas que dicen lo que piensan pero todo tiene su precio..."?

    Twitter y Facebook, y tantas otras herramientas, viven de ello y por lo tanto no les interesa controlarlo. Son instrumentos útiles con la debida precaución, y a las personas es de discriminar y diferenciar correctamente lo que nos interesa y lo que no.

    Salu2!

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