lunes, 25 de mayo de 2009

Perspectivas (II) ¿Crisis? ¿What crisis?

La puñetera crisis es una de las patrañas más grandes que nos han colado a todos en los últimos 50 años. No es que no exista (no soy tonto y no se puede negar la evidencia) sino que los  que mandan, la casta dominante, que es la élite económico-política (lo escribo así porque cada vez es más difícil distinguirlos) nos está dando gato por liebre.
Veamos:
Nos han venido la moto de la "inevitabilidad" de las crisis en una economía de mercado, que todo es cíclico, que el sistema se autorregula, etc. Y somos tan, tan burros, que nos lo hemos creído. Vale que es difícil no creérselo cuando los que pagamos la crisis somos siempre los mismos. Pero este crisis tiene unos responsables claros que se han apresurado a montar una cortina de humo para irse de rositas y estafarnos en nuestras propias narices. 
Para empezar, deberíamos dejar de hacer caso a los analistas económicos. Poco antes de que empezara la movida abundaban los reportajes en prensa sobre el "milagro irlandés" y el "paraíso de Islandia", el lugar en el que mejor se vivía de la Tierra y en el que la gente era más feliz. Ahora los dos modelos económicos se han venido estrepitosamente abajo. ¿Dónde están metidos los gurús que nos incitaban a los demás países a seguir su ejemplo? Sorprendentemente siguen ahí, haciendo predicciones nuevas y recibiendo la misma atención mediática que antes. Por un lado todo el mundo, a toro pasado, sabía que iba a desencadenarse una crisis, pero nadie ha sido capaz de prever cuando, ni siquiera los poderosos gabinetes de estudios de los grandes bancos o las grandes corporaciones. Pero, sorprendentemente, ¡seguimos haciéndoles caso!
El problema es que, a cambio de beneficios materiales que tenían poco de real y mucho de virtual, hemos dejado que el zorro se haga cargo del gallinero. La crisis tiene responsables con nombres y apellidos, tanto en España como a nivel internacional. Los directivos de las grandes empresas, las agencias de valores y los grandes bancos, con su política de maximizar los beneficios rápidamente por un afán de lucro personal (tienen que cobrar sus bonus para pagarse el desenfrenado tren de vida que llevan) son los responsables directos de la situación. Sus decisiones erróneas, conscientes o no, nos han llevado a una situación límite. Sin embargo, las protestas sociales han sido casi testimoniales. Ni huelga general, ni manifestaciones... nada. La sociedad está anestesiada por las dosis de preocupación que esta misma gente se encarga de inocular en el sistema. Ni las leyes, ni las más elementales normas de gestión empresarial (gestión, no especulación) rigen para ellos. En el caso español, que es el que nos toca más cerca, los promoters inmobiliarios, esa gente que convertía en oro todo lo que tocaba, se apoderaron del sistema económico mientras nosotros nos hipotecábamos alegremente, animados por esa élite que nos prometía un negocio redondo y que además, vía bancos, nos proporcionaba una fuente ilimitada de financiación.
Nada fue un obstáculo para ellos. Contaminaron hasta la náusea a toda la clase política hasta que ya no es posible distinguir entre políticos y especuladores. ¿Estudias o promueves? parecía ser la pregunta de moda en determinadas clases sociales. Se cambiaron las leyes para "liberalizar el mercado" y los precios se dispararon. Y nosotros, a comprar como locos. Muchos paisajes que durante siglos se habían mantenido más op menos igual han sido destruidos irremediablemente, y además siguiendo el modelo menos sostenible de todos. Estos generadores de dinero virtual eran capaces de ganar millones de euros sin invertir NADA. Los bancos les prestaron toda la ayuda que necesitaron, olfateando el negocio rápido y fácil. 
Hace muy poco leí en la prensa que los ejecutivos de las grandes inmobiliarias, que habían perdido su empleo por el 'crash' del sector (ay, qué penita me dan) están siendo contratados ahora para dirigir las divisiones inmobiliarias de las entidades bancarias, que se encuentran cargadas ahora de patrimonio inmobiliario del que se tienen que deshacer para conseguir liquidez. Es decir, los mismos perros se intercambian los collares alegremente. 
Si quedara un ápice de moralidad y sentido común en la casta dominante, toda esta gente sería defenestrada y apartada de las responsabilidades.Tanto las políticas como las económicas. Es lo lógico, en una empresa si lo haces mal te despiden. Pero a ellos no, a ellos les contratan en otro sitio con sus privilegios intactos o aun mejorados. 
Los ciudadanos hemos olvidado que somos nosotros quienes tenemos el poder, y que es con nuestro dinero con el que se juega. Pero esa inyección de dinero virtual parece haberse acabado, y quizá si despertamos de la anestesia nos demos cuenta de que nos están arrebatando de delante de nuestras narices la oportunidad de cambiar el modelo económico a niveles sostenibles.
Pero la pregunta es ¿Es necesaria una revolución social para que todo cambie? ¿Cuánto costará, en dinero y en vidas humanas, una situación de esa naturaleza? El explosivo está, desde luego, preparado, y la mecha (la tan cacareada web 2.0 y la información rápida en tiempo real) lista para ser encendida. ¿Cuándo saltará la chispa?

1 comentario:

  1. ¡Hola Alpha!
    ¿Qué tal?
    Para mi la crisis que hay és mas una crise moral y por esto mucho mas seria y grave que cualquiera crise financera. La solución que veo para todo esto és cuando pasarmos a invertir más en la espiritualidad y en el autoconocimiento. Queria decirle más pero mi español és todavia muy limitado. Hay un documental en Youtube que habla un poco do que pienso: http://www.youtube.com/watch?v=txveLLougxc
    Abrazos,
    Marcos Tatsuo

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