La etiqueta de "vendedor de humo" se maneja últimamente con asombrosa soltura en todo lo que tiene que ver con las redes sociales, sobre todo en lo referente al "boom" de cursos formativos que han surgido como setas tras una lluvia de otoño, con los más variopintos contenidos y precios.
Coincido con muchos análisis que he leído al respecto en el hecho de que la calidad de la formación que se imparte en muchos de esos cursos es, cuando menos, discutible. Sin embargo, no hay que olvidar fijarse en quién se adjudica a sí mismo la autoridad para poner etiquetas. Curiosamente, muchas de esas voces críticas adoptan una postura similar a "la mayoría de cursos de social media son una mierda, excepto los que imparto yo". Si a esto sumamos que los "profesionales de las redes sociales" proceden de una gran variedad de profesiones, desde periodistas a especialistas en marketing, pasando por informáticos, el panorama no es nada clarificador.
Personalmente, he visto de todo. Desde supuestos formadores en redes sociales que tienen un perfil en Twitter y/o Facebook que no usan, hasta personas que se limitan a explicar en sus clases cuáles son las redes sociales más importantes y cómo hacerse un perfil en ellas, sin añadir mucho más, o ponentes en seminarios de social media a los que se les pregunta por el uso profesional de dichas redes y ponen cara de póker y responden "de empresas no me preguntes, que no tengo ni idea".
Es obvio que hay demanda de formación en este campo,tanto por parte de empresas como de personas que finalizan sus estudios y quieren especializarse en este campo. pero la política de mercadillo que se está siguiendo no ayuda en nada a la hora de decidir a qué curso apuntarse y por qué, y sobre todo a valorar si el coste de los mismos está ajustado a los conocimientos que se reciben. Dado que llevo tiempo metido en temas formativos, me atrevo a dar algunas pautas para evitar malentendidos:
1. Lo primero que uno tiene que hacer es mirarse bien el programa de los cursos, con especial atención a su amplitud, tanto en horas como en temáticas. Un curso de marketing en redes sociales, a secas, puede quedarse muy cojo si no toca otros temas relacionados. Según mi criterio, un curso más o menos completo debería tocar estos puntos:
- Cómo elaborar una estrategia de presencia online e integrar los diferentes elementos que la componen: Web, SEO, SEM, analítica web, blogs y social media.
- Uso profesional de las diferentes redes sociales (como mínimo Twitter, Facebook, Google+, LinkedIn, Youtube y redes específicas para móviles). Incluye cosas como elaborar un perfil atractivo o una buena página de empresa, analizar qué contenidos se pueden aportar en cada red y las diferencias de uso entre elleas, así como los usos que se pueden hacer de las mismas, desde la comunicación corporativa a la atención al cliente o la difusión de promociones y ofertas.
-Control y gestión de la reputación online.
- Pautas para la aportación de contenidos de valor para el usuario.
-Integración de marcas personales y de empresa.
- Definición y funciones de puestos de trabajo relacionados con social media (CM, Social Media Manager, etc) y su relación con la estructura de la empresa.
-Herramientas de control y seguimiento (Cómo elaborar un cuadro de mando y cuáles son los KPIs -indicadores- que deben tenerse en cuenta)
2. No se puede impartir un seminario de redes sociales en 4 horas. Como mucho, se podrá dar una visión de conjunto muy general.
3. Los formadores deben ser más de uno (una sola persona NO puede ser especialista en todo) y deben tener experiencia y, sobre todo, deben predicar con el ejemplo, siendo usuarios activos de las redes y aportando contenido original en ellas.
4. Debe haber un equilibrio entre teoría y casos prácticos. Esos casos deben ser a) recientes y b) cercanos. Ya vale de que en todos los cursos se pongan como ejemplo práctico únicamente a empresas americanas.
5. Respecto a los cursos "certificados" que algunas entidades privadas ofrecen: Esa certificación carece de valor alguno, más allá de ser un reclamo publicitario, si dicha entidad no hace públicos sus procedimientos de certificación y validación y los criterios que sigue para ello. No existe, a día de hoy, una autoridad independiente de certificación en este campo. No sería una mala idea que la hubiera.
6. Si los cursos se imparten para 100 personas, olvídate de la interacción. Estarás asistiendo a una conferencia, no a un curso.
7. Siempre que puedas, habla con alumnos de otras ediciones del curso y comprueba su grado de satisfacción con el mismo.
8. Si ya tienes conocimientos de redes sociales, no te apuntes a un curso básico. Si lo haces, no te quejes si luego no aprendes nada nuevo.
En definitiva: Antes de apuntarte a un curso, infórmate bien sobre quién lo imparte y qué temas se van a tratar. Te ahorrarás sorpresas y, posiblemente, dinero
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