Una presentación en público (ahora ya no se llaman conferencias o charlas, ahora son "presentaciones". Es decir, ya nombramos la parte por el todo) es un acto que tiene mucho de teatro: hay un escenario, un público, un "actor" y un texto que se quiere comunicar. Cualquier actor con tablas sabe que, por muy bueno que sea el texto, si está mal interpretado será un fracaso. Y viceversa: Un texto mediocre puede ser algo memorable en manos de un buen actor.
¿Qué intención tenemos cuando realizamos una presentación? Se supone que queremos comunicar. Es decir, crear una impresión en el público que le haga recordar y/o reflexionar sobre lo que estamos transmitiendo.
Lamentablemente, cada vez son más escasas las presentaciones en las que se logra este objetivo, y en parte se debe al abuso del Power Point. Fiamos el éxito o el fracaso a la presentación en sí, cuando ésta no es más que una herramienta que ayuda a mejorar la comunicación.
Este vídeo de Don Mc Millan relata en tono humorístico verdades como puños. A veces, el Power Point puede ser nuestro peor enemigo.
A continuación, algunas claves para mejorar la eficacia de una presentación:
¿Qué intención tenemos cuando realizamos una presentación? Se supone que queremos comunicar. Es decir, crear una impresión en el público que le haga recordar y/o reflexionar sobre lo que estamos transmitiendo.
Lamentablemente, cada vez son más escasas las presentaciones en las que se logra este objetivo, y en parte se debe al abuso del Power Point. Fiamos el éxito o el fracaso a la presentación en sí, cuando ésta no es más que una herramienta que ayuda a mejorar la comunicación.
Este vídeo de Don Mc Millan relata en tono humorístico verdades como puños. A veces, el Power Point puede ser nuestro peor enemigo.
A continuación, algunas claves para mejorar la eficacia de una presentación:
- El protagonista absoluto eres tú, no la presentación. Si la gente acudiera a ver presentaciones, sería más cómodo que se las mandaras por e-mail y verlas cómodamente en casa. Es a ti a quien quieren ver.
- Nunca, jamás, de ninguna manera, consientas en realizar una presentación sentado. Perderás el 75% de la eficacia en la comunicación no verbal. Hay que ser realmente un ponente extraordinario para lograr comunicar bien sentado tras una mesa. Piensa que tu cuerpo habla por ti.
- Cronometra, por favor. Siempre deben quedarte al menos 10 minutos de margen sobre el tiempo marcado. Piensa que muchas veces lo más interesante de una presentación surge en el turno de preguntas, por lo que debes reservarle tiempo.
- Ensaya, ensaya y vuelve a ensayar. Debes conocer la presentación de memoria.Sólo así se convertirá en tu aliada y no en tu competidora (o tu enemiga)
- Menos es más. No quieras comprimir todo lo que sabes sobre el tema. Prepara diapositivas claras, con poco texto, letra GRANDE y mucha imagen.
- No abuses de las estadísticas. Está bien que las utilices, pero no te pongas a analizar todos y cada uno de los gráficos que presentas. Destaca lo que tú consideras fundamental e ignora el resto.
- No te dediques a leer o repetir lo que ya está escrito. Puedes repetir una frase importante que quieras destacar, pero deja que sea el público quien lea por sí mismo.
- Muévete, rompe las barreras, baja del escenario, interactúa con el público. Cuanto más cercano te sientan, más atención te prestarán.
- Vívelo. Si realmente no te apasiona lo que vas a decir, mejor no lo digas. Si a ti mismo te parece aburrido, imagínate al público.
- No tengas miedo de tener miedo. Hasta el mejor de los actores está nervioso los primeros minutos en escena. Date tiempo para sentirte cómodo y relajado.
- Analiza tus muletillas. Si te pasas la presentación entera diciendo "y entonces", "sin embargo", "en realidad", "ejem..." eso es lo que va a quedar en la mente del público. Conoce tus debilidades y corrígelas ensayando.
- Prepárate unas cuantas frases de impacto. Si alguna es humorística, mejor que mejor.
- Piensa detenidamente antes de empezar a escribir nada, qué es lo que quieres que quede en la menta del público cuando finalices, y cíñete a eso.
- Grábate y escúchate, o mejor aún, ensaya con público. Dos o tres personas que te escuchen y te ayuden a corregir fallos te ayudarán mucho.
- No corras. Marca una pausa de 2-3 segundos después de decir algo importante. Utiliza los silencios. Huye del ritmo monótono y el tono monocorde.
- Remarca lo importante con tus gestos. Que tu cuerpo y tu cara ayuden a comunicar, no al contrario.
- No todo el mundo es un buen comunicador. Si tú eres un experto en un tema pero comunicas mal, hazte acompañar en la presentación de un buen comunicador. Te ayudará a sacar lo mejor de ti y el público no se aburrirá.
En definitiva, nunca olvides que estás en un escenario y que en ese momento eres un actor. No tengas miedo de sobreactuar, a veces es la única manera de vencer al miedo escénico.
Gracias a Javier Pedreira @wicho por el enlace del vídeo.
Gracias a Javier Pedreira @wicho por el enlace del vídeo.
Cuanta razón Javier. Me parece que estamos muy lejos de un equilibrio entre mensaje y presentación y creo que tus recetas darían para diseñar un proceso de entrenamiento muy necesario para la comunicación de ideas. (ampliación del comentario en http://perezgulin.org/personal/?p=1226 )
ResponderEliminarGracias Marcos, le estoy dando vueltas a poner en marcha un curso sobre el tema junto con Anna G. Reig, que es actriz y formadora de actores. A ver si la gente se anima.
Eliminar