Estamos en el segundo año de la crisis. A nivel mundial, los estados se han endeudado en billones de dólares para acudir al rescate de las entidades financieras y las empresas que amenazaban con hundir la economía por completo. A costa de cargarse de deudas que tardarán bastantes años en pagar, los Estados miran con esperanza cómo la economía poco a poco se va recuperando. Incluso lo hacen con orgullo: empezamos a oír en boca de ministros y responsables de organismos económicos lo bien que lo han hecho y cómo sus rápidas y decididas decisiones han evitado una Gran Depresión.
No voy a entrar en si esa es la mejor receta o no, aunque no dejo de preguntarme si realmente habría sido tan malo y habría tenido consecuencias tan terribles el haber dejado caer a los bancos (y en España a las cajas de ahorro) que han demostrado una manifiesta incompetencia y avaricia (cuando no estafa) en la gestión de sus activos.
Lo que me preocupa seriamente es si realmente todo esto ha servido para algo, si hemos aprovechado la oportunidad que la crisis nos planteaba para cambiar algunas cosas. Como mínimo, el comportamiento racional más básico exige que hagamos una reflexión, que pensemos qué hemos hecho mal, quiénes se han comportado de forma irresponsable y actuemos para que todo esto no vuelva a pasar, empezando por castigar a los culpables de forma ejemplar.
Hasta ahora, lo que hemos hecho es justo lo contrario. Todos estamos de acuerdo en señalar a las entidades financieras como los principales responsables de la crisis:
-Las internacionales, por entregarse a la orgía especulativa de los productos opacos, alejándose definitivamente de la economía real y olvidándose de la creación de riqueza real, preocupándose solo del dinero fácil y a corto plazo.
-Las españolas, menos expuestas a esos 'activos tóxicos' (porque el Banco de España no se lo permitió, no porque sean mejores gestores), por entregarse a la orgía especulativa de la burbuja inmobiliaria, A SABIENDAS de que se trataba de una burbuja y que tarde o temprano acabaría por explotar, dado que el precio de las viviendas no podía seguir subiendo a ese ritmo indefinidamente.
Se supone que los gobiernos intervinieron (y lo siguen haciendo, le vamos a soltar un pastón a Grecia) para que el crédito, que es lo que las empresas y particulares necesitan para seguir consumiendo tal y como está montado el sistema, no desapareciera del todo provocando un gran descalabro económico. Nos hemos endeudado hasta las cejas, deuda que vamos a pagar todos vía impuestos, les hemos inyectado el dinero....y ha habido un gran descalabro económico igual. Mala solución es esa que no consigue sus objetivos.
Mientras tanto, asistimos en una especie de estado de frío pánico a situaciones esperpénticas:
-Se iba a acabar con los paraísos fiscales y los refugios opacos del dinero negro. Se ha hecho poco o nada al respecto.
-Los directivos que han llevado a la ruina o cerca de ella a muchos bancos y cajas, no sólo no han sido castigados, incluso penalmente, sino que se les ha mantenido en su puesto y se han conservado sus privilegios. Resultado: Si soy directivo de un banco, la lección que aprendo es que especular alegremente no tiene ninguna consecuencia negativa, si acaso lo contrario, dado que si me arruino el Estado va a acudir en mi rescate de nuevo.
-No se ha movido una coma en la financiación de los ayuntamientos, colaboradores necesarios en la burbuja especulativa al financiarse con la recalificación y venta de terrenos y las licencias de obras.
-Se pretende "cambiar el modelo productivo" pero seguimos sin saber cuál es el modelo alternativo que quiere implantarse y cuál es el plan para hacerlo.
Un buen ejemplo de esperpento económico lo estamos viviendo en Galicia con la famosa fusión de las dos cajas gallegas, Caixa Galicia y Caixanova. Todavía estoy esperando que alguien me explique cómo, si ambas entidades son "seguras y solventes", Caixa Galicia está dispuesta a aceptar fusionarse al 50% con una entidad que es la mitad de pequeña. Tampoco entiendo, si realmente ambas entidades son viables y solventes, por qué van a necesitar que se les inyecten 2.000 millones de euros para poder fusionarse. La única hipótesis que se me ocurre es evidente, pero parece que decirla es tabú: Caixa Galicia está arruinada, necesita urgentemente dinero y está dispuesta a bajarse los pantalones para fusionarse de forma igualitaria (o incluso a ser absorbida) por una entidad mucho más pequeña pero con dinerito fresco. Esto tiene un par de corolarios interesantes:
a) Caixa Galicia actuó irresponsablemente exponiéndose a riesgos inmobiliarios (léase Fadesa y otras) que le venían grandes. Sin embargo, sus actuales directivos están encargándose de asegurarse un cargo en la nueva caja fusionada.
b) KPMG ha quedado como el culo de mal. Se supone que auditó las cuentas de ambas cajas y aseguró ka viabilidad de la fusión. Ahora sabemos que la fusión sólo es viable si reciben 2.000 millones de euros de nuestros impuestos.
Curiosamente, de lo único que se habla en los medios de comunicación gallegos es de la polémica por dónde va a estar la sede de la nueva caja. Es decir, convertimos un problemón económico de primer orden en una disputa localista.
Y a todo esto, mientras tanto, seguimos a la cola de los países desarrollados en índices de productividad empresarial. Me pregunto qué clase de economía sostenible vamos a desarrollar si ni siquiera sabemos cómo competir en condiciones.
Blog sobre marketing on y offline. A veces información, a veces opinión, a veces se me va la olla.
jueves, 22 de abril de 2010
No fabricamos para otras marcas (ja!)
Los fabricantes están en campaña contra las marcas blancas. Prácticamente todas las marcas de alimentación y limpieza se promocionan ahora con el mensaje "no te cambies a otro más barato" o "nosotros no fabricamos para otras marcas".
Olvidan decir que cuando les interesó porque tenían excedentes de producción, las marcas blancas les ayudaron a engordar sus beneficios prácticamente sin coste (ya que el coste de fabricación lo habían pagado los consumidores de la marca original). Fueron ellos los que favorecieron la proliferación de marcas blancas, incluso creando fábricas dedicadas a ellas en exclusiva. Ahora que las cosas les van peor, quieren hacernos pagar a nosotros el coste. Es decir: ante la crisis compra más caro.
La inmensa mayoría de fabricantes sí fabrica para otras marcas. Simplemente crean una nueva empresa destinada sólo a ese tipo de fabricación, incluso a veces simplemente crean una nueva empresa comercializadora y siguen fabricando marca blanca en sus factorías. Con eso salvan la cara a la hora de decir "no fabricamos para terceros" lo que es cierto sobre el papel y mentira en el fondo.
Es curioso ver cómo las cabecitas pensantes del marketing parece (salvo honrosas excepciones) que han perdido su capacidad de imaginar estrategias nuevas y se han pasado a la munición de grueso calibre: criticar a los competidores como estrategia de ventas. Deben tener cuidado porque esa estrategia les puede estallar en las manos, aparte de que dudo mucho de su efectividad real.
Las marcas más consolidadas en productos de gran consumo están maniobrando como un elefante en una cacharrería. Tanto es así que muchos de ellos están ya desistiendo de esa estrategia y llegando a la bajada masiva de pantalones: "Hemos bajado el precio".
Las bajadas de precio hay que manejarlas con mucho cuidado, si no el consumidor no las entiende. No se puede bajar el precio "porque hay crisis" o "para ayudarte a ahorrar". La respuesta que aparece en la mente del consumidor es obvia: ¿y no podíais haberme ayudado antes? Uno puede bajar el precio, pero con una razón creíble: Bajamos el precio porque hemos abierto nuevas fábricas y tenemos más capacidad de producción. Bajamos el precio porque lanzamos productos nuevos. Bajamos el precio como promoción u oferta durante un tiempo limitado. Sin embargo, ahora se nos dice "bajamos el precio" y ya está. Me pregunto qué va a pasar cuando suban el precio de nuevo.
Olvidan decir que cuando les interesó porque tenían excedentes de producción, las marcas blancas les ayudaron a engordar sus beneficios prácticamente sin coste (ya que el coste de fabricación lo habían pagado los consumidores de la marca original). Fueron ellos los que favorecieron la proliferación de marcas blancas, incluso creando fábricas dedicadas a ellas en exclusiva. Ahora que las cosas les van peor, quieren hacernos pagar a nosotros el coste. Es decir: ante la crisis compra más caro.
La inmensa mayoría de fabricantes sí fabrica para otras marcas. Simplemente crean una nueva empresa destinada sólo a ese tipo de fabricación, incluso a veces simplemente crean una nueva empresa comercializadora y siguen fabricando marca blanca en sus factorías. Con eso salvan la cara a la hora de decir "no fabricamos para terceros" lo que es cierto sobre el papel y mentira en el fondo.
Es curioso ver cómo las cabecitas pensantes del marketing parece (salvo honrosas excepciones) que han perdido su capacidad de imaginar estrategias nuevas y se han pasado a la munición de grueso calibre: criticar a los competidores como estrategia de ventas. Deben tener cuidado porque esa estrategia les puede estallar en las manos, aparte de que dudo mucho de su efectividad real.
Las marcas más consolidadas en productos de gran consumo están maniobrando como un elefante en una cacharrería. Tanto es así que muchos de ellos están ya desistiendo de esa estrategia y llegando a la bajada masiva de pantalones: "Hemos bajado el precio".
Las bajadas de precio hay que manejarlas con mucho cuidado, si no el consumidor no las entiende. No se puede bajar el precio "porque hay crisis" o "para ayudarte a ahorrar". La respuesta que aparece en la mente del consumidor es obvia: ¿y no podíais haberme ayudado antes? Uno puede bajar el precio, pero con una razón creíble: Bajamos el precio porque hemos abierto nuevas fábricas y tenemos más capacidad de producción. Bajamos el precio porque lanzamos productos nuevos. Bajamos el precio como promoción u oferta durante un tiempo limitado. Sin embargo, ahora se nos dice "bajamos el precio" y ya está. Me pregunto qué va a pasar cuando suban el precio de nuevo.
miércoles, 14 de abril de 2010
las 10 falacias de la margarina
Hoy he visto por primera vez en TV el anuncio de la campaña "la margarina es buena". Lo que faltaba. Como la gente ha empezado a concienciarse de que el consumo de grasas vegetales hidrogenadas (total o parcialmente) NO es bueno para la salud, los fabricantes de margarina contraatacan con una campaña en TV y la web www.lamargarinasesbuena.com. Como ya ocurre con los anuncios de Danone y el famoso Actimel, o con las aguas minerales "que no engordan" (como si hubiera aguas que engordaran, el agua NO tiene calorías), o en su día con la campaña de los fabricantes de azúcar "Ponle azúcar" y una larguísima lista, la campaña no dice mentiras evidentes, pero tampoco dice TODA la verdad. Otro intento de colarnos como bueno y saludable un alimento que debería estar limitadísimo en la dieta. Veamos las perlas que nos sueltan ("las 10 verdades de la margarina")
1. Una tostada con margarina es más saludable que una sin por su aporte en nutrientes esenciales.
La clave aquí está en dos palabras "saludable" y "esenciales". Una tostada con bacon también sería más saludable que una sin, ya que también aporta nutrientes esenciales. De hecho una tostada con cualquier cosa es más "saludable" que una tostada a secas, si entendemos como saludable el hecho de que aporte más nutrientes. La calidad de los nutrientes y sus posibles consecuencias negativas para la salud se las pasan por el forro.
2. La margarina es un alimento de origen vegetal.
En principio es incontestable. Si dejamos aparte que la margarina puede estar fabricada a partir de una multitud de aceites vegetales diferentes, y que no todos son saludables (de hecho algunos no son NADA saludables como los aceites de palma o de coco) y que además esos aceites se someten a una serie de procesos físico-químicos para solidificarlos, lo que inevitablemente conlleva la aparición, en mayor o menor medida, de grasas vegetales hidrogenadas y grasas 'trans' (ellos dicen que las eliminan, pero en realidad las REDUCEN), si obviamos todo esto pues sí, la margarina es de origen vegetal. La heroína, por poner un ejemplo, también.
3. La margarina contiene ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6 gracias a los aceites seleccionados con los que se elabora.
De nuevo dos palabras clave: "esenciales" y "seleccionados". Dos palabras que pueden tener múltiples acepciones, y a eso se agarran para decir que no mienten. Los ácidos grasos omega 3 y 6 están presentes en multitud de alimentos no procesados industrialmente en cantidad muy superior a los que están en la margarina. De hecho, muchas veces esos ácidos grasos son añadidos artificialmente (las famosas margarinas "enriquecidas" con omega 3)
4. La margarina es fuente de vitamias A, D y E.
Casi no hay ningún alimento que no sea fuente de alguna vitamina. Los chuletones de cerdo son riquísimos en hierro, multitud de nutrientes y algunas vitaminas, y nadie dice que comerse un chuletón al día sea saludable ni equilibrado ni sano.
5. Existen variedades de margarina que contienen esteroles vegetales que reducen el colesterol.
El colmo de la falacia. Es decir, como a algunas margarinas se les añaden esos esteroles vegetales (cuyo papel en la reducción del colesterol es MUY limitado), se infiere por ello que todas las margarinas son buenas. Es más o menos la misma idea que tenían los soldados americanos al pintarles caras sonrientes a las bombas atómicas antes de lanzarlas sobre Hiroshima y Nagasaki. Es decir, como tiene algunas cosas buenas, debe ser bueno.
6. La margarina puede incorporarse en una alimentación cardiosaludable.
De nuevo el truco de la palabra, en este caso "puede". Los chuletones de ternera pueden incorporarse a una dieta cardiosaludable, siempre que uno se como uno o dos al mes. Como poder, a una dieta cardiosaludable se le puede incorporar cualquier cosa, siempre que la frecuencia con la que se consume sea la adecuada.
7. La margarina untada en una tostada aporta el 3% de las calorías que necesita un adulto.
Bueno, depende del tamaño de la tostada y de la CANTIDAD de margarina que se le unte. La margarina más habitual tiene 700 calorías por 100 gramos de producto. No es precisamente "ligera". Si calculamos que las necesidades calóricas de un adulto están en las 2.500 calorías en el caso de los hombres y algo menos de 2.000 en el caso de las mujeres, haciendo el cálculo resulta que esa cantidad de calorías corresponde a unos 10 gramos de margarina en el caso de los hombres, y unos 8,5 en el caso de las mujeres.
8. Una tostada con margarina, una pieza de fruta y un lácteo es un desayuno saludable y equilibrado para toda la familia.
Verdad... a medias. ¿DOS tostadas con margarina son igual de saludables? Ese desayuno "equilibrado" es un desayuno nutricionalmente pobre, parco en proteínas y justito en nutrientes, especialmente si uno realiza un trabajo no sedentario. Como siempre, depende de qué fruta, de que entendamos por "un lácteo"... Hay alternativas para desayunar, como los cereales con leche, la fruta y algo de proteínas (p. ejemplo pechuga de pavo o jamón york) que son bastante más adecuados para desayunar.
9. Untar margarina en el bocadillo de la merienda contribuye a la ingesta de vitamina D, necesaria para el crecimiento y desarrollo de los huesos de los niños.
Claro, y untar margarina en el bocata de los niños TODOS los días, teniendo en cuenta que en un bocata se puede fácilmente untar el triple de margarina que en una tostada, les aporta nada menos que 250 calorías adicionales. El Ministerio de Sanidad está muy preocupado por la obesidad infantil. Untar margarina en el bocata de los niños a diario no contribuye en nada a erradicarla.
10. La margarina aporta menos calorías que otras grasas de consumo habitual, especialmente las variedades ligeras, y puede ser utilizada en el contexto de una dieta de control de peso.
¿Cuáles son las "grasas de uso habitual"? La grasa más utilizada en alimentación, con diferencia, es el aceite de oliva, que tiene 880 calorías/100 g. Un 15% más que la margarina, aproximadamente. La diferencia, a la hora de untarlo en el pan o en una tostada, es que la cantidad que se utiliza de aceite de oliva es sensiblemente menor que la de margarina.
¿Cuál es la verdad de todo esto?
a) La margarina es un producto sintético, con aditivos artificiales y con un cierto contenido en grasas hidrogenadas y grasas "trans" que no son nada beneficiosas para la salud. Si bien es cierto que ese contenido se ha reducido mucho en los últimos años, lo siguen teniendo.
b) Calificar a la margarina de "saludable" es, cuando menos, sesgado. La margarina, como TODAS las grasas, debe consumirse con cuidado y de forma ocasional. Lo mejor de la dieta mediterránea es que en ella se consume aceite de oliva a diario y eso puede incluir perfectamente las tostadas del desayuno y el bocata de los niños.
c) Ya está bien de campañas publicitarias pseudoengañosas, que dan información parcial, incompleta y sesgada para presentar como "saludables", "esenciales" o "beneficiosos" a productos que no está nada claro que lo sean. Se supone que tenemos un ministerio de Sanidad para esas cosas, pero ay, las multinacionales son MUY poderosas....
1. Una tostada con margarina es más saludable que una sin por su aporte en nutrientes esenciales.
La clave aquí está en dos palabras "saludable" y "esenciales". Una tostada con bacon también sería más saludable que una sin, ya que también aporta nutrientes esenciales. De hecho una tostada con cualquier cosa es más "saludable" que una tostada a secas, si entendemos como saludable el hecho de que aporte más nutrientes. La calidad de los nutrientes y sus posibles consecuencias negativas para la salud se las pasan por el forro.
2. La margarina es un alimento de origen vegetal.
En principio es incontestable. Si dejamos aparte que la margarina puede estar fabricada a partir de una multitud de aceites vegetales diferentes, y que no todos son saludables (de hecho algunos no son NADA saludables como los aceites de palma o de coco) y que además esos aceites se someten a una serie de procesos físico-químicos para solidificarlos, lo que inevitablemente conlleva la aparición, en mayor o menor medida, de grasas vegetales hidrogenadas y grasas 'trans' (ellos dicen que las eliminan, pero en realidad las REDUCEN), si obviamos todo esto pues sí, la margarina es de origen vegetal. La heroína, por poner un ejemplo, también.
3. La margarina contiene ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6 gracias a los aceites seleccionados con los que se elabora.
De nuevo dos palabras clave: "esenciales" y "seleccionados". Dos palabras que pueden tener múltiples acepciones, y a eso se agarran para decir que no mienten. Los ácidos grasos omega 3 y 6 están presentes en multitud de alimentos no procesados industrialmente en cantidad muy superior a los que están en la margarina. De hecho, muchas veces esos ácidos grasos son añadidos artificialmente (las famosas margarinas "enriquecidas" con omega 3)
4. La margarina es fuente de vitamias A, D y E.
Casi no hay ningún alimento que no sea fuente de alguna vitamina. Los chuletones de cerdo son riquísimos en hierro, multitud de nutrientes y algunas vitaminas, y nadie dice que comerse un chuletón al día sea saludable ni equilibrado ni sano.
5. Existen variedades de margarina que contienen esteroles vegetales que reducen el colesterol.
El colmo de la falacia. Es decir, como a algunas margarinas se les añaden esos esteroles vegetales (cuyo papel en la reducción del colesterol es MUY limitado), se infiere por ello que todas las margarinas son buenas. Es más o menos la misma idea que tenían los soldados americanos al pintarles caras sonrientes a las bombas atómicas antes de lanzarlas sobre Hiroshima y Nagasaki. Es decir, como tiene algunas cosas buenas, debe ser bueno.
6. La margarina puede incorporarse en una alimentación cardiosaludable.
De nuevo el truco de la palabra, en este caso "puede". Los chuletones de ternera pueden incorporarse a una dieta cardiosaludable, siempre que uno se como uno o dos al mes. Como poder, a una dieta cardiosaludable se le puede incorporar cualquier cosa, siempre que la frecuencia con la que se consume sea la adecuada.
7. La margarina untada en una tostada aporta el 3% de las calorías que necesita un adulto.
Bueno, depende del tamaño de la tostada y de la CANTIDAD de margarina que se le unte. La margarina más habitual tiene 700 calorías por 100 gramos de producto. No es precisamente "ligera". Si calculamos que las necesidades calóricas de un adulto están en las 2.500 calorías en el caso de los hombres y algo menos de 2.000 en el caso de las mujeres, haciendo el cálculo resulta que esa cantidad de calorías corresponde a unos 10 gramos de margarina en el caso de los hombres, y unos 8,5 en el caso de las mujeres.
8. Una tostada con margarina, una pieza de fruta y un lácteo es un desayuno saludable y equilibrado para toda la familia.
Verdad... a medias. ¿DOS tostadas con margarina son igual de saludables? Ese desayuno "equilibrado" es un desayuno nutricionalmente pobre, parco en proteínas y justito en nutrientes, especialmente si uno realiza un trabajo no sedentario. Como siempre, depende de qué fruta, de que entendamos por "un lácteo"... Hay alternativas para desayunar, como los cereales con leche, la fruta y algo de proteínas (p. ejemplo pechuga de pavo o jamón york) que son bastante más adecuados para desayunar.
9. Untar margarina en el bocadillo de la merienda contribuye a la ingesta de vitamina D, necesaria para el crecimiento y desarrollo de los huesos de los niños.
Claro, y untar margarina en el bocata de los niños TODOS los días, teniendo en cuenta que en un bocata se puede fácilmente untar el triple de margarina que en una tostada, les aporta nada menos que 250 calorías adicionales. El Ministerio de Sanidad está muy preocupado por la obesidad infantil. Untar margarina en el bocata de los niños a diario no contribuye en nada a erradicarla.
10. La margarina aporta menos calorías que otras grasas de consumo habitual, especialmente las variedades ligeras, y puede ser utilizada en el contexto de una dieta de control de peso.
¿Cuáles son las "grasas de uso habitual"? La grasa más utilizada en alimentación, con diferencia, es el aceite de oliva, que tiene 880 calorías/100 g. Un 15% más que la margarina, aproximadamente. La diferencia, a la hora de untarlo en el pan o en una tostada, es que la cantidad que se utiliza de aceite de oliva es sensiblemente menor que la de margarina.
¿Cuál es la verdad de todo esto?
a) La margarina es un producto sintético, con aditivos artificiales y con un cierto contenido en grasas hidrogenadas y grasas "trans" que no son nada beneficiosas para la salud. Si bien es cierto que ese contenido se ha reducido mucho en los últimos años, lo siguen teniendo.
b) Calificar a la margarina de "saludable" es, cuando menos, sesgado. La margarina, como TODAS las grasas, debe consumirse con cuidado y de forma ocasional. Lo mejor de la dieta mediterránea es que en ella se consume aceite de oliva a diario y eso puede incluir perfectamente las tostadas del desayuno y el bocata de los niños.
c) Ya está bien de campañas publicitarias pseudoengañosas, que dan información parcial, incompleta y sesgada para presentar como "saludables", "esenciales" o "beneficiosos" a productos que no está nada claro que lo sean. Se supone que tenemos un ministerio de Sanidad para esas cosas, pero ay, las multinacionales son MUY poderosas....
lunes, 12 de abril de 2010
Cosas que no estamos resolviendo (1): La energía eléctrica.
El crecimiento económico y todo nuestro sistema de vida se basa en el aumento constante del consumo energético. El consumo energético en España creció hasta 2008 a un ritmo superior al 3% anual, alcanzando un incremento del 60% entre 1990 y 2003. La crisis ha hecho descender levemente el consumo eléctrico, pero es de esperar que la recuperación económica suponga también el incremento de la demanda energética a niveles similares a los anteriores.
El despliegue de nuevas redes de transporte público (especialmente la red de AVE más grande del mundo), previsiblemente supondrá un incremento mucho mayor de la demanda de consumo eléctrico en los próximos años.
Estamos acostumbrados al uso de energía barata y constante. La sociedad de la información en la que vivimos no sería posible sin un suministro constante y eficaz de electricidad. Todo esto plantea una serie de problemas, algunos de muy difícil solución sin tomar medidas políticas radicales e impopulares. Veamos:
1. La demanda de electricidad, dado que estamos entrando en la curva descendente de la producción de petróleo, va a incrementarse todavía más conforme el coche eléctrico empiece a implantarse y generalizarse (algo que ocurrirá dentro de los próximos 10 a 15 años).
2. El desarrollo de las TIC exige que el suministro de electricidad esté garantizado y sea constante.
3. El calentamiento global y la radicalización esperable del clima incrementarán significativamente la demanda, tanto en invierno como en verano, y además puede dificultar seriamente el uso de algunas energías como la hidroeléctrica cuando se produzcan (que se producirán) largos periodos de sequía.
4. El progresivo agotamiento de los combustibles fósiles, su encarecimiento como consecuencia de ello y la necesidad de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, dificultarán mucho el establecimiento de nuevas centrales térmicas.
5. Producir toda la energía que necesitamos hoy en día a partir de fuentes renovables exclusivamente sólo es posible en teoría. Todas las fuentes de energía renovables, excepto la geotérmica y la biomasa (en ambos casos puramente testimoniales) fluctúan según las condiciones climatológicas. No hace viento siempre, ni desde luego cuando se necesita. No hace sol por la noche. No se han desarrollado sistemas eficientes para almacenar la energía sobrante que puede producirse de forma renovable y utilizarla cuando se necesite. Al menos, no hay ningún sistema de almacenamiento a gran escala.
6. A pesar de la progresiva mejora en la eficiencia de los aparatos eléctricos, nuestro consumo per cápita sigue creciendo, debido a que cada vez incorporamos más aparatos y sistemas eléctricos a nuestra vida diaria. Los grandes consumidores industriales no lo tienen tan fácil para mejorar su eficiencia, y además tienen el mismo problema: la demanda de los productos que fabrican crece de tal manera que literalmente se come cualquier ahorro fruto de la mejora en la eficiencia. Y esto no ha hecho más que empezar, ya que el petróleo va a empezar a ser sustituido como fuente de energía principal por la electricidad. Necesitamos el petróleo para la fabricación de plásticos y compuestos sintéticos imprescindibles para nuestra civilización, y no nos podemos permitir el lujo de quemarlo para obtener energía de él.
7. Sumémosle a esto el hecho de que las economías emergentes, principalmente China, India y Brasil, van a añadir unos 300 millones de personas de "clase media" en los próximos 10 años. Eso es un país como Estados Unidos, con el consumo de Estados Unidos, en una década.
8. El gas natural, que es la apuesta española para sustituir al petróleo, está en manos de estados tan "estables" como Argelia, Libia y Rusia. Ya hemos visto como a Rusia (el gran suministrador del resto de Europa) no le ha temblado el pulso para cerrar el grifo en pleno invierno por razones político-económicas. Por cierto, la célula islamista responsable de los atentados del 11-M en Madrid era argelina. Más o menos lo mismo que les pasa a los Estados Unidos con Arabia Saudí y el petróleo. Cada vez que ponemos en marcha la calefacción ,es posible que algunos euros de nuestra factura del gas se dediquen a financiar a los terroristas que van a seguir intentando volar el metro o los trenes de nuestras ciudades.
9. Las nucleares. En España estamos desmantelándolas, al tiempo que importamos electricidad de Francia, donde el 75% de la electricidad se produce en centrales nucleares. Evidentemente, las nucleares generan unos residuos costosísimos de manejar y de almacenar, son muy caras de construir y mantener y además el uranio no es renovable. Las nucleares podrían salvarnos la cara durante 50 o 60 años, y posiblemente serán, para nuestra desgracia, la opción que los gobiernos europeos acabarán presentándonos como la única viable.
La pregunta ante el panorama energético es: ¿No hay otra salida? ¿Estamos abocados a un sistema energético basado en la energía nuclear y con un porcentaje de renovables?
Probablemente no. Creo que puede haber un sistema mucho más democrático, que evidentemente implicaría algunos cambios en nuestra forma de vida: pasar de un sistema centralizado de generación eléctríca (unos pocos generan en instalaciones muy potentes y un sistema de distribución la lleva a todas partes) a un sistema distribuido, en el que la electricidad se genera en el mismo lugar en el que se va a consumir. Los sistemas solares y eólicos domésticos se han demostrado viables para proporcionar energía a un hogar medio usando baterías durante los periodos de menos producción. ¿Acaso no es concebible un sistema de producción eléctrica en el que cada comunidad de vecinos gestiona sus propios paneles solares, o en el que cada pueblo o ciudad gestiona sus aerogeneradores o centrales de biomasa? Quizá eso implique que tengamos que reducir significativamente nuestro consumo nocturno, pero podría ser viable. El problema: Las todopoderosas empresas eléctricas no están dispuestas a que les quiten a millones de clientes cautivos tan fácilmente. En la actualidad montarse una granja solar doméstica implica una cantidad de permisos, burocracias, papeleos y trabas legales más que desalentadores. No digamos si quiero montarme un aerogenerador en el tejado de mi edificio. Como siempre, es una cuestion de voluntad política, y como siempre, los ciudadanos nos ovidamos de que los políticos están ahí porque nosotros les hemos votado, y que somos nosotros, el pueblo, donde reside la soberanía. Habrá que esperar a que nos quieran montar una central nuclear en la puerta de cas para que espabilemos, al menos eso me temo.
El despliegue de nuevas redes de transporte público (especialmente la red de AVE más grande del mundo), previsiblemente supondrá un incremento mucho mayor de la demanda de consumo eléctrico en los próximos años.
Estamos acostumbrados al uso de energía barata y constante. La sociedad de la información en la que vivimos no sería posible sin un suministro constante y eficaz de electricidad. Todo esto plantea una serie de problemas, algunos de muy difícil solución sin tomar medidas políticas radicales e impopulares. Veamos:
1. La demanda de electricidad, dado que estamos entrando en la curva descendente de la producción de petróleo, va a incrementarse todavía más conforme el coche eléctrico empiece a implantarse y generalizarse (algo que ocurrirá dentro de los próximos 10 a 15 años).
2. El desarrollo de las TIC exige que el suministro de electricidad esté garantizado y sea constante.
3. El calentamiento global y la radicalización esperable del clima incrementarán significativamente la demanda, tanto en invierno como en verano, y además puede dificultar seriamente el uso de algunas energías como la hidroeléctrica cuando se produzcan (que se producirán) largos periodos de sequía.
4. El progresivo agotamiento de los combustibles fósiles, su encarecimiento como consecuencia de ello y la necesidad de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, dificultarán mucho el establecimiento de nuevas centrales térmicas.
5. Producir toda la energía que necesitamos hoy en día a partir de fuentes renovables exclusivamente sólo es posible en teoría. Todas las fuentes de energía renovables, excepto la geotérmica y la biomasa (en ambos casos puramente testimoniales) fluctúan según las condiciones climatológicas. No hace viento siempre, ni desde luego cuando se necesita. No hace sol por la noche. No se han desarrollado sistemas eficientes para almacenar la energía sobrante que puede producirse de forma renovable y utilizarla cuando se necesite. Al menos, no hay ningún sistema de almacenamiento a gran escala.
6. A pesar de la progresiva mejora en la eficiencia de los aparatos eléctricos, nuestro consumo per cápita sigue creciendo, debido a que cada vez incorporamos más aparatos y sistemas eléctricos a nuestra vida diaria. Los grandes consumidores industriales no lo tienen tan fácil para mejorar su eficiencia, y además tienen el mismo problema: la demanda de los productos que fabrican crece de tal manera que literalmente se come cualquier ahorro fruto de la mejora en la eficiencia. Y esto no ha hecho más que empezar, ya que el petróleo va a empezar a ser sustituido como fuente de energía principal por la electricidad. Necesitamos el petróleo para la fabricación de plásticos y compuestos sintéticos imprescindibles para nuestra civilización, y no nos podemos permitir el lujo de quemarlo para obtener energía de él.
7. Sumémosle a esto el hecho de que las economías emergentes, principalmente China, India y Brasil, van a añadir unos 300 millones de personas de "clase media" en los próximos 10 años. Eso es un país como Estados Unidos, con el consumo de Estados Unidos, en una década.
8. El gas natural, que es la apuesta española para sustituir al petróleo, está en manos de estados tan "estables" como Argelia, Libia y Rusia. Ya hemos visto como a Rusia (el gran suministrador del resto de Europa) no le ha temblado el pulso para cerrar el grifo en pleno invierno por razones político-económicas. Por cierto, la célula islamista responsable de los atentados del 11-M en Madrid era argelina. Más o menos lo mismo que les pasa a los Estados Unidos con Arabia Saudí y el petróleo. Cada vez que ponemos en marcha la calefacción ,es posible que algunos euros de nuestra factura del gas se dediquen a financiar a los terroristas que van a seguir intentando volar el metro o los trenes de nuestras ciudades.
9. Las nucleares. En España estamos desmantelándolas, al tiempo que importamos electricidad de Francia, donde el 75% de la electricidad se produce en centrales nucleares. Evidentemente, las nucleares generan unos residuos costosísimos de manejar y de almacenar, son muy caras de construir y mantener y además el uranio no es renovable. Las nucleares podrían salvarnos la cara durante 50 o 60 años, y posiblemente serán, para nuestra desgracia, la opción que los gobiernos europeos acabarán presentándonos como la única viable.
La pregunta ante el panorama energético es: ¿No hay otra salida? ¿Estamos abocados a un sistema energético basado en la energía nuclear y con un porcentaje de renovables?
Probablemente no. Creo que puede haber un sistema mucho más democrático, que evidentemente implicaría algunos cambios en nuestra forma de vida: pasar de un sistema centralizado de generación eléctríca (unos pocos generan en instalaciones muy potentes y un sistema de distribución la lleva a todas partes) a un sistema distribuido, en el que la electricidad se genera en el mismo lugar en el que se va a consumir. Los sistemas solares y eólicos domésticos se han demostrado viables para proporcionar energía a un hogar medio usando baterías durante los periodos de menos producción. ¿Acaso no es concebible un sistema de producción eléctrica en el que cada comunidad de vecinos gestiona sus propios paneles solares, o en el que cada pueblo o ciudad gestiona sus aerogeneradores o centrales de biomasa? Quizá eso implique que tengamos que reducir significativamente nuestro consumo nocturno, pero podría ser viable. El problema: Las todopoderosas empresas eléctricas no están dispuestas a que les quiten a millones de clientes cautivos tan fácilmente. En la actualidad montarse una granja solar doméstica implica una cantidad de permisos, burocracias, papeleos y trabas legales más que desalentadores. No digamos si quiero montarme un aerogenerador en el tejado de mi edificio. Como siempre, es una cuestion de voluntad política, y como siempre, los ciudadanos nos ovidamos de que los políticos están ahí porque nosotros les hemos votado, y que somos nosotros, el pueblo, donde reside la soberanía. Habrá que esperar a que nos quieran montar una central nuclear en la puerta de cas para que espabilemos, al menos eso me temo.
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